Un millón de deportados, el difícil objetivo del gobierno de Trump para su primer año

Un millón de deportados, el difícil objetivo del gobierno de Trump para su primer año

Migrantes venezolanos tras ser deportados de Estados Unidos, en Venezuela, 3 de abril.
VENEZUELAN INTERIOR AND JUSTICE (via REUTERS)

 

La cifra lleva meses sobrevolando los mensajes sobre política migratoria. “Podemos empezar con un millón”, dijo y repitió muchas veces J. D. Vance mientras se acercaban las elecciones presidenciales del pasado 5 de noviembre y lo siguió diciendo cuando él y Donald Trump ya habían ganado. Los mensajes públicos de Trump han sido más ambiguos, pero no menos ambiciosos: ha prometido una y otra vez la “mayor deportación de la historia”. Aunque es solo una fracción de los por lo menos 11 millones de indocumentados que hay en el país, expulsar a un millón de inmigrantes en un año cumpliría la promesa, superando con creces el promedio de 400.000 deportaciones anuales de Barack Obama. No obstante, analistas y expertos miran con sospechas la cifra de un millón, que parece ser completamente arbitraria, y señalan obstáculos logísticos y de financiación para poner en duda que se pueda lograr.

Por El País





De acuerdo con varias fuentes anónimas al interior de la Administración Trump que fueron citadas en un artículo del Washington Post, la cifra de un millón de deportados se menciona prácticamente a diario. Stephen Miller, el asesor senior de la Casa Blanca a quien se le atribuye la construcción de las políticas antimigrante de Trump, está en permanente conversación con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para encontrar la manera de ir hacia ese objetivo cuanto antes. Pero el ritmo de deportaciones de los primeros meses de la segunda presidencia Trump, todavía por debajo del promedio de Biden, es la evidencia más clara de que no es tan sencillo expulsar miles y miles de personas de un día para otro.

“El número que se está discutiendo, por lo menos bajo los recursos actuales, está definitivamente fuera de alcance. Las deportaciones dependen de tres elementos básicos: arrestar a gente, tenerlos en detención y deportarlos. Y todas estas partes requieren una cantidad inmensa de recursos”, explica por teléfono Colleen Putzel-Kavanaugh, analista en el think tank especializado Migration Policy Institute. La Administración republicana está buscando que el Congreso apruebe una nueva ley que, entre muchas cosas variadas, daría una enorme nueva partida presupuestaria a la aplicación de las políticas migratorias. Sin embargo, aunque el Congreso la pase, lo cual no está nada claro porque ya está generando divisiones internas en el partido, todavía haría falta contratar gente y entrenarla, firmar contratos de detención y probablemente adecuar o construir nuevos centros para ello, así como gestionar los vuelos de deportación.

Otra razón por la cual es difícil que Trump llegue a deportar a un millón de inmigrantes en un año es que los cruces irregulares en la frontera se han prácticamente secado por completo, ya que la mayoría de las expulsiones históricamente han sido devoluciones rápidas, que son más sencillas de llevar a cabo. Desde que en su primer día declaró la emergencia en la frontera y la militarizó, los encuentros con indocumentados en la frontera han bajado hasta los 7.000 en marzo, la cifra más baja en décadas.

Lea más en El País