
Daniel Ortega y Rosario Murillo han convertido a Nicaragua en un santuario para extranjeros de alto perfil acusados de corrupción. Tres expresidentes centroamericanos destacan entre los personajes que han buscado refugio en el país en los últimos años para huir de la justicia en sus respectivos países.
Por Wilmar Iglesias | Infobae
Antes de Ricardo Alberto Martinelli Berrocal, de 73 años, el expresidente panameño protegido de Ortega y Murillo, llegaron a Nicaragua los expresidentes salvadoreños Mauricio Funes Cartagena (2009-2014), fallecido en enero pasado a los 65 años, y Salvador Sánchez Cerén (2014-2019), de 80 años, ambos requeridos por la justicia de El Salvador por casos de corrupción.
Martinelli vive en una especie de limbo diplomático. El régimen de Ortega y Murillo le otorgó asilo político y desde febrero de 2024 permanece refugiado en la embajada nicaragüense en Panamá. Sin embargo, Nicaragua se ha negado a recibirlo debido a una alerta roja de Interpol que se conoció después de que se anunciara su viaje.

No obstante, el diario panameño La Prensa ha señalado la contradicción del régimen nicaragüense, que en el pasado ha concedido asilo a otros fugitivos con órdenes de captura internacional en su contra.
“El gobierno de Nicaragua ha asumido una postura contradictoria respecto al asilo político del expresidente Ricardo Martinelli. Por un lado, le concedió asilo, pero al mismo tiempo se niega a permitir su ingreso al país debido a una supuesta alerta de la Policía Internacional (Interpol)”, señaló el periódico en un artículo publicado este lunes.
“La copresidenta nicaragüense Rosario Murillo defendió esta decisión el lunes, argumentando que su gobierno no acepta a personas con alertas internacionales, una postura que contrasta con decisiones previas del régimen sandinista”, agregó.

El diario se refiere, entre otros casos, al de Sánchez Cerén, quien llegó a Nicaragua en julio de 2021 en busca de refugio, pese a tener una orden de captura internacional en su contra por acusaciones de corrupción y malversación. Se le señala de haber recibido pagos irregulares por 530.000 dólares cuando era vicepresidente de Mauricio Funes.
Tanto Sánchez Cerén como Funes Cartagena obtuvieron la nacionalidad nicaragüense de forma expedita, lo que impide su extradición, ya que la Constitución de Nicaragua prohíbe la entrega de sus ciudadanos a otros países. Interpol retiró el nombre de Sánchez Cerén de la lista roja en septiembre de 2021.
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