De las conspiraciones bíblicas a las élites modernas, por @ArmandoMartini

De las conspiraciones bíblicas a las élites modernas, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

Desde los inicios de la civilización, el poder ha sido un juego de narrativas construidas, ya sea bajo el manto de la religión o fachada de la gobernanza. Imagínense un mundo donde cada historia -desde los susurros de la Biblia hasta los titulares de hoy- fuera un lienzo elaborado por manos invisibles. El poder no se toma, se fabrica. Desde la sombra de la antigüedad hasta la modernidad, las élites han jugado con la esperanza, el miedo y la ley para doblegar voluntades, amasar riqueza y eternizar su dominio. 

¿Qué une las conspiraciones bíblicas con las intrigas de nuestro tiempo? Más de lo que los libros oficiales se atreven a murmurar, versiones públicas a consentir y gobiernos a confesar.

La Biblia, venerada como texto sagrado, es también, un arma afilada. Sus pasajes y versos han sido retorcidos para justificar horrores, atrocidades. En América, el Antiguo Testamento bendijo cadenas de esclavos. En Europa, el ‘derecho divino’ coronó tiranos. En el siglo XIII, la Iglesia traficaba con el cielo, indulgencias vendidas como boletos al paraíso, mientras las Cruzadas dejaban un río de sangre y monedas en nombre de Dios. 





El guion no ha cambiado, solo máscaras y actores. Ayer, fariseos (hipócritas religiosos) y saduceos (negadores de la inmortalidad del alma y la resurrección), pactaban con Roma para proteger y preservar su influencia. Hoy, medios de comunicación, grupos de presión, lobbies y tanques de pensamiento, -arquitectos de la percepción-, pintan la realidad desde torres de cristal. ¿Recuerdas Irak en 2003? Inventaron ‘armas de destrucción masiva’ que nunca aparecieron. Y ¿el resultado? Contratos millonarios para sociedades y compañías, según documentos del Congreso de EE.UU. La guerra ya no necesita espadas, las mentiras bastan.  

En 2025, los paralelismos son inquietantes, cortan como navajas. El 1% más rico acapara el 45% de la riqueza global, dice Oxfam, (Oxford Committee for Famine Relief, fundado en Gran Bretaña en 1942), mientras gobiernos inyectan miles de millones para rescatar lo que ellos mismos arruinaron. ¿Coincidencia? Un informe del Banco Mundial de 2024 destapa billones escondidos en paraísos fiscales, un río de dinero que fluye a la minoría selecta, destacada y exclusiva que compra elecciones con donaciones ‘legales’. 

Piensa en el Arca de la Alianza, -un cofre perdido, envuelto en mito, cuyo contenido es la tabla grabada con los Diez Mandamientos que Dios entregó a Moisés-. ¿Y si no fue casualidad? El Concilio de Nicea enterró evangelios apócrifos para controlar la narrativa. El Foro Económico Mundial, Bilderberg y la Comisión Trilateral hacen lo mismo tras bambalinas, a puerta cerrada. En Davos 2024, hablaron de salvar el planeta, pero los mayores emisores de CO2 siguieron como si nada. Si la democracia es luz, ¿por qué vivimos en sombras? Y, si es transparencia, ¿por qué el ciudadano jamás accede a esas deliberaciones?

El patrón es claro. El poder se sostiene con hilos, fabrican herejes ayer, ‘desinformadores’ hoy. Controlan con miedo y/o promesas de redención. Las ‘fake news’ -amplificadas por algoritmos que generan millones de interacciones diarias, según DataReportal 2025- son la indulgencia moderna, distracción barata que desvía la mirada de los culpables para que no veas a los verdaderos titiriteros. 

Esto no termina hasta que despertemos. Que se hagan públicos los registros vaticanos que ocultan textos prohibidos, que la justicia actúe contra la corrupción y violadores de los Derechos Humanos. La historia rima, pero también nos reta. En la Edad Media, quemaban disidentes; hoy, los silencian con censura, inhabilitan, encarcelan o destierran. En Rusia o Turquía, la fe y el nacionalismo se funden para aplastar voces, mientras la desigualdad crece como plaga. 

La próxima vez que oigas de ‘conspiraciones bíblicas’, no las deseches como cuento viejo ni las descartes como reliquia. Los mecanismos evolucionaron, pero su esencia insiste, permanece y respira. ¿Quién mueve los hilos en 2025? Tal vez la respuesta esté más cerca de lo que crees. No mires al cielo ni a libros polvorientos; está en paraísos fiscales, salas secretas y el silencio que compramos. La historia no se repite sola, la repetimos nosotros. 

@ArmandoMartini

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