Latina fue estafada por un falso abogado de inmigración en EEUU y perdió 100 mil dólares

Latina fue estafada por un falso abogado de inmigración en EEUU y perdió 100 mil dólares

El fraude la llevó a una crisis emocional. Captura de telemundo52

 

María Gutiérrez, una inmigrante latina en Estados Unidos, entregó más de 100 mil dólares a un hombre que aseguró ser abogado y ofreció representarla legalmente en su solicitud de visa U. Sin imaginar que sería estafada, la víctima confió durante una década en este supuesto especialista, que nunca inició el trámite y se quedó con todo el dinero.

Por La Nación





Diez años de mentiras del falso abogado: así robó 100 mil dólares a una inmigrante latina

El hombre, un conocido de la familia, pidió pagos frecuentes con distintos pretextos. Recibió toda la documentación de Gutiérrez y se presentó como su “representante legal”. “Tuvo en sus manos toda mi información”, relató la mujer a Telemundo 52. Además, explicó que nunca recibió su permiso de trabajo ni avances en su caso.

El daño emocional fue profundo y llegó a pensar en decisiones extremas. Pero su empleador notó su angustia y la conectó con Public Counsel, una organización legal gratuita. La abogada Gina Amato Lough, que asumió su representación legal, explicó: “La ayudamos con tres casos: inmigración, criminal y civil. Ganamos los tres”.

De haber recibido asesoría legal calificada desde el inicio, Gutiérrez habría tramitado su visa U en cuatro meses y sin costo. “Antes de pagarle a alguien, verificar que tenga licencia”, aconsejó. Por su parte, Gutiérrez ahora se siente agradecida con la letrada: “Le llamo mi ángel, mi luz, mi todo. Gracias a ella, estoy aquí”.

El estafador huyó del país y no enfrentó consecuencias

Aunque la Justicia falló a favor de Gutiérrez y dictaminó que debía recibir una reparación económica por los daños sufridos, el responsable de la estafa logró fugarse de EE.UU. antes de cumplir con la orden judicial.

La sentencia, si bien representó un reconocimiento oficial del daño, no se tradujo en una compensación efectiva. A pesar de eso, para Gutiérrez significó un punto de inflexión emocional. “Cada vez que salgo a la calle, ya no tengo miedo”, expresó con alivio, al recordar lo que definió como el cierre de un capítulo de terror en su vida.

Lea más en La Nación