
Mia Khalifa es una de las figuras más controvertidas en la historia reciente de la industria del cine para adultos. Su nombre resuena en cada rincón de Internet, aunque su carrera en la pornografía fue breve. Nació el 10 de febrero de 1993, bajo el nombre de Sarah Joe Chamoun, en un contexto complicado: en el Líbano, un país que experimentó décadas de inestabilidad política, religiosa y social, y donde los musulmanes chiítas representan el 34 por ciento de la población. A los 10 años, su familia decidió emigrar a los Estados Unidos, buscando una vida mejor en un país que ofreciera mayores oportunidades. Khalifa creció en Miami, donde se adaptó rápido al estilo de vida estadounidense y desarrolló una pasión por el fútbol americano, que más tarde sería parte fundamental de su vida como comentarista. Pero a los 30 años, se convirtió en una figura mediática, por ser protagonista de una serie de polémicas y amenazas de muerte.
Por infobae.com
En su juventud, estudió historia en la Universidad de Texas, en Austin, pero nunca imaginó que su vida tomaría un giro tan drástico cuando, a los 21 años, decidió ingresar al mundo de la pornografía, lo cual no sería un problema si no fuera porque proviene de un país en el que se profesa el Islam, religión que considera pecado ver películas pornográficas, incluso con el fin de aprender sobre sexualidad. De hecho, según el Islam las mujeres deben vestir cubriendo todo su cuerpo, excepto las manos, los pies y la cara, cuando interactúen con hombres que no sean parientes suyos, por lo que queda descontado que practicar la pornografía está terminantemente prohibido. Pero, a pesar de las expectativas de su familia y la vida más convencional que querían para ella, en 2014, con una imagen natural y sin ningún tipo de experiencia previa en el porno, Mia comenzó a trabajar para la famosa productora Vivid Entertainment.
Su entrada en la industria fue, en muchos aspectos, una decisión impulsiva. La joven, que al principio sólo tenía la intención de ganar algo de dinero, no imaginaba que esa decisión la catapultaría a la fama mundial de manera tan abrupta. En su primer mes, Khalifa alcanzó niveles de popularidad inesperados, convirtiéndose en la actriz porno más buscada.
Según Khalifa, el camino hacia la industria del cine para adultos estuvo ligado a su baja autoestima. “Tenía sobrepeso y no tenía muchos amigos. No me parecía a todos los que me rodeaban, y eso me llevó a una relación en la que no debí entrar. Esos fueron los pasos que me condujeron a la industria para adultos”, explicó cómo empezó a trabajar: “Entré y me llovieron los piropos, fue aterrador y temporalmente validante, pero luego me sentí vacía. Aunque seguía teniendo ganas de volver a perseguir esa validación que me faltaba”. También describió cómo nunca recibió atención del sexo opuesto cuando era más joven: “Luché toda mi infancia con el peso. Y nunca me sentí atractiva o digna de la atención masculina”. Khalifa lo atribuyó a su sobrepeso, pero incluso tras perder 15 kilos en la universidad y de someterse a una operación de aumento de pecho, seguía teniendo problemas de autoestima. Entonces dejó que los hombres le “proporcionaran la validación que buscaba”, y las escenas de rodaje la ayudaron en ese sentido.
El ascenso vertiginoso: la “chica del hiyab”
Si hay algo que no le falta a la industria de la pornografía es contenido. Hay tantos videos grabados y subidos cada día en todo el mundo que es imposible contarlos, así que tiene sentido que la libanesa pensara que su material pasaría desapercibido. “La forma en que lo racionalicé fue que hay tanta pornografía ahí fuera que no hay forma de que nadie me vea”. Y para asegurarse de eso, se encargó de no promocionar sus videos, ni publicarlos en las redes sociales para conseguir publicidad. De hecho, no tenía ni una sola cuenta en las redes sociales asociada a su personaje porno. Pero, ninguno de sus esfuerzos por permanecer en el anonimato funcionó y, en poco tiempo, se convirtió en la superestrella internacional del cine para adultos.
Lo que lanzó a la fama fue su participación en una escena polémica que la hizo objeto de un debate internacional. En dicha escena, Mia usaba un hiyab, el tradicional pañuelo islámico que cubre la cabeza y el cuello de las mujeres en algunas culturas musulmanas. La gente no tardó en notarlo, y Mia Khalifa se convirtió de repente en furor: el 28 de diciembre del 2014, su nombre era el término de búsqueda número 1 en PornHub. El sitio web twitteó la noticia, a la que Khalifa respondió a través de su cuenta de Twitter. Esa cuenta finalmente despareció, pero ella abrazó su repentino ascenso al súper estrellato por un tiempo.
Esta imagen, con una fuerte carga simbólica, desató un torbellino de críticas, especialmente en su país natal y en el mundo árabe en general. La controversia fue inmediata. El uso del hiyab en una escena pornográfica fue visto como una provocación y ofensa; la escena mostró a Khalifa como una mujer musulmana siendo parte activa de una fantasía sexual, lo que desató el enojo tanto de conservadores como de sectores más moderados del mundo árabe. En consecuencia, Mia recibió una cantidad masiva de amenazas de muerte, tanto de grupos extremistas como de particulares que se sintieron ofendidos. El gobierno libanés también se sumó a la controversia y la rechazó, exigiendo públicamente la retirada de su ciudadanía.
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