Los ejercicios militares que adelanta el régimen chavista por estos días en Venezuela concretan un esfuerzo disuasivo de carácter progresivo mostrado a sus enemigos de carácter externo e interno, y se han hecho particularmente notorios en las calles y los medios venezolanos luego de las polémicas elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, en las cuales fue decretado ganador Nicolás Maduro, que se autoproclamó pese a no haber desmentido las pruebas de que cometió un fraude.
Por El País
El cierre de las opciones políticas y electorales ha impacientado a muchos sectores, y comienzan a hacerse insinuaciones sobre las salidas disponibles para Nicolás Maduro, sobre las cuales el Palacio de Miraflores toma nota. Cada vez es más evidente que los mandos cívico-militares chavistas parecían preparados para una circunstancia postelectoral como esta.
Durante estos años, los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro han hecho del trabajo doctrinario sobre la Fuerza Armada uno de los pilares de la continuidad en el poder de la revolución bolivariana. Ambos mandatarios han tenido siempre presente el carácter estratégico del gasto militar en el país, que ha tenido consistencia durante todos estos años, pese a las críticas de algunos sectores civiles de la oposición.
Los mandos chavistas han hecho un esfuerzo por expandir el pie de fuerza militar, con el manifiesto crecimiento de la Guardia Nacional, y la creación de la Milicia Nacional Bolivariana, el quinto componente de la institución, particularmente ideologizado y pilar de un hipotético enfrentamiento armado en el resguardo interno del país a partir de una estrategia asimétrica.
El ranking Global Fire Power de 2025 tiene a Venezuela en el puesto 50 en materia de poderío militar en el mundo, midiendo a un total de 160 naciones. El país ocupa el séptimo lugar entre las naciones de Latinoamérica (en años recientes ha ocupado el quinto y el sexto lugar), detrás de Brasil, Argentina y México, y en un rango muy reñido con las Fuerzas Armadas de Colombia, Chile y Perú. Venezuela ocupa también el puesto número 7 en materia de gasto militar regional.
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