El lunes 20 de enero una tragedia conmocionó a los habitantes del barrio María Paz, en la localidad de Kennedy, Bogotá. César Rodríguez Montero, de 28 años, fue señalado como responsable de asesinar a su hijastro de un año y nueve meses y de herir gravemente a su otro hijastro, un niño de tres años, quien permanece hospitalizado en el Hospital del Tintal.
Por eltiempo.com
El incidente ocurrió a las 5:30 p. m., cuando los desgarradores gritos de la madre de los niños alertaron a los vecinos.
Según testimonios, el agresor habría golpeado violentamente a los menores tras molestarse por el llanto del bebé. Al ingresar a la vivienda, los vecinos encontraron al bebé sin vida y desnudo sobre una cama, mientras que su hermano mayor estaba escondido.
Carlos Vargas, vecino y testigo, narró los estremecedores momentos al ingresar a la escena. “Ella llegó de trabajar y nadie le abrió la puerta y fue cuando vino a buscar a la dueña de la casa para que le ayudara a abrir (…) sentía que algo había pasado. Cuando entró, estaba el niño en la cama, desnudo y con el cuerpo morado”, contó en primera instancia al diario El Tiempo.
De igual manera, Carlos enfatizó que “nadie se imagina lo que es entrar y ver a un niño tan pequeño tirado en una cama, completamente desnudo y con el cuerpecito morado (…) tiene que estar uno muy empericado para hacer una cosa de esas”.
El testigo también relató a Noticias RCN, halló al bebé con el cuerpo amoratado y al niño de tres años en estado de conmoción. Las horas pasaban y Sebastián seguía en shock ante la terrible situación. En medio del silencio y la confusión absoluto y los de extrema tristeza y llanto, el niño de tres años repetía: “Él mató a mi hermanito, él mató a mi hermanito”.
Además, el señalado homicida buscado por las autoridades, dejó al menor encerrado al interior de la vivienda por más de dos horas al lado del cuerpo de su hermano menor.
Más detalles del crimen
Un caso de violencia intrafamiliar ha conmocionado a una comunidad en Bogotá, donde un hombre identificado como César Montero es señalado de haber agredido brutalmente a su hijastro, un menor de edad que permanece hospitalizado con graves lesiones.
Según información de las autoridades, el incidente ocurrió en una vivienda del sector donde la familia, originaria de Valledupar, se había instalado recientemente.
Los testimonios recopilados por el diario El Tiempo, el día de los hechos Érica Monterrosa, madre del menor, salió a trabajar temprano en la mañana, dejando a sus hijos al cuidado de Montero, quien era su pareja desde hacía siete meses. Cerca de las 3:00 de la tarde, los vecinos vieron al hombre en el portón de la casa con el niño en brazos, quien estaba visiblemente sucio y llorando.
Una vecina ofreció ayudar a limpiar al menor, pero Montero rechazó la propuesta y regresó al interior de la vivienda. Poco después, el llanto del niño se intensificó hasta que, de manera abrupta, cesó. Según los residentes, el silencio fue seguido por el sonido de una puerta cerrándose de golpe, lo que marcó el momento en que Montero habría escapado.
El Tiempo también conversó con Jhon Manjarrés, hermano de Érica, quien reveló detalles sobre la relación de la pareja. Según Manjarrés, su hermana y Montero se conocieron en Valledupar y decidieron mudarse a Bogotá en busca de mejores oportunidades.
Inicialmente, ambos trabajaron en Corabastos, el principal mercado mayorista de la ciudad, y en otros empleos ocasionales. Sin embargo, Montero comenzó a trabajar en un taller de mecánica cercano a su vivienda, mientras que Érica continuaba desempeñándose en oficios varios.
A pesar de las apariencias, la relación estaba lejos de ser estable. Testimonios de los propietarios de los inquilinatos donde vivió la familia indican que Montero tenía comportamientos violentos hacia Érica, lo que habría sido presenciado por los dos menores. Este historial de maltrato incluso habría provocado que fueran desalojados de su primera vivienda en Bogotá.
Según un vecino identificado como Carlos, la familia enfrentaba una situación económica precaria, y era Érica quien sostenía el hogar con sus ingresos. Además, se señaló que Montero tenía problemas con el consumo de alcohol y que, el día del ataque, habría llegado a la casa bajo los efectos del licor.
Tras el presunto ataque, Montero se dirigió al taller donde trabajaba y, según los relatos recogidos por El Tiempo, pidió dinero a su jefe, alegando que “la había cagado” y que necesitaba irse. Los testigos lo describieron como nervioso y desorientado. Desde entonces, no se ha tenido noticia de su paradero.
Mientras tanto, el menor, identificado como Samuel, fue trasladado al Hospital de El Tintal, donde permanece bajo observación médica. Según el parte médico, el niño presenta traumas corporales y craneoencefálicos como resultado de la golpiza.
Las autoridades han señalado que, una vez se recupere, la custodia del menor será asumida por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf). Por otro lado, no se tiene información sobre el padre biológico de los niños, quien, según la familia, estaría en Bosconia, en el departamento del César, y desconocería lo ocurrido.