El lunes 20 de enero tendrá lugar la ceremonia de investidura de Donald Trump como el presidente número 47 de los Estados Unidos. Una vez se consume este acto constitucional dará comienzo el mandato de cuatro años del líder del partido republicano tras el gobierno encabezado por Joe Biden. La vuelta de Trump a la Casa Blanca es inminente aunque esta nueva etapa traerá consigo ciertas distinciones, con respecto a su antiguo orden, adaptadas y enfocadas a las necesidades de los tiempos que corren. En su mitin previo al nombramiento, Trump aseguró que con su investidura finalizarán “cuatro largos años de decadencia estadounidense”.
Por larazon.es
Algunos de los cambios más notorios fuera del espectro político que repercuten de manera directa al nuevo presidente tienen que ver con su núcleo familiar. Esto se debe a que tanto Melania Trump como su hijo menor, Barron, han tomado la decisión de no anclarse a la Casa Blanca como su domicilio permanente. Con vistas a su primer mandato, la primera dama ha considerado que la mejor opción para llevar su nueva vida rodeada del ámbito presidencial se dividirá en sus tres residencias conocidas en Washington DC, Nueva York y su ya famosa residencia en Palm Beach, Florida.
En una entrevista concedida a Fox News, Melania Trump ha esclarecido los detalles de este curioso atrevimiento. La razón primera de dicha resolución encuentra su origen en motivos personales y asuntos propios, aunque a lo largo de toda la pieza ha diseccionado estos asuntos. Por tanto, el nuevo proceso vital al que se enfrenta junto a su hijo transcurrirá en estos tres domicilios. A pesar de ello, la primera dama ha asegurado que no renegará de su puesto, y la importancia del mismo, abogando por la libertad de la República y el bienestar del pueblo.
El papel de Melania Trump como primera dama
Aunque a veces es discutido, el rol que juega Melania Trump entorno al mandato de su marido es determinante en muchas ocasiones. “Quizá algunas personas me vean simplemente como la esposa del Presidente, pero soy independiente y me valgo por mí misma. No siempre estoy de acuerdo con lo que mi marido dice o hace y eso está bien. Le doy consejos y a veces me escucha y otras veces no y eso también está bien” asegura la primera dama. El espíritu crítico de la primera dama está presenta en sus conversaciones con Trump a modo de retroalimentación entre ambos.
Asimismo, en otras circunstancias ha confirmado su relación institucional con otras figuras políticas como Carlos III, incluso con agendas adversas a los pensamientos de su marido. De esta manera, Melania afronta este nuevo periodo con optimismo y esperanza: “Creo que serán cuatro años emocionantes y tenemos mucho que hacer para volver a poner al país en forma”. La señora de Trump busca un nuevo mandato que centre la atención en la consecución sus actos, a diferencia de la última etapa: “Siento que la primera vez siempre fui yo misma, aunque la gente no me aceptaba y quizá no me entendían como lo hacen ahora, entonces no tenía mucho apoyo”.
Esta es la razón por la que Melania Trump no vivirá en la Casa Blanca
Pero la declaración que más impacto ha causado tiene que ver con su papel de madre. “Estaré en la Casa Blanca. Y cuando necesite estar en Nueva York, estaré en Nueva York. Cuando necesite estar en Palm Beach, estaré en Palm Beach. Mi primera prioridad es ser madre, luego primera dama y esposa” reveló Melania Trump. Por tanto, el futuro de la primera dama centrará el foco en la relación con su hijo: “Hará lo que él quiera hacer. Pienso que son niños hasta que tienen 18 o 19 años. Les enseñamos, les guiamos y luego les damos alas para volar. Siempre respeto el sí y el no de Barron, lo que le gusta hacer y donde le gustaría estar”