El 15 de enero es una fecha marcada en rojo en el calendario de los amantes del beisbol. Es el día en que jóvenes promesas de todo el mundo ven cristalizados años de esfuerzo y dedicación, firmando sus primeros contratos profesionales. En la edición de 2025, la República Dominicana y Venezuela han vuelto a demostrar su dominio en la producción de talento, con un grupo de prospectos que promete revolucionar las Grandes Ligas en los próximos años.
Por Meridiano
Entre este grupo de jóvenes estrellas, destaca un nombre que ha cautivado a los cazatalentos de todo el mundo: Andrew Salas. Nacido en Estados Unidos pero criado en Venezuela, Salas es el menor de los hermanos Salas (José y Ethan), una dinastía beisbolera que ha producido talento de exportación durante años. Su padre ha sido su mentor desde temprana edad, forjándolo en el famoso complejo familiar donde estrellas de las Grandes Ligas acuden para mantenerse en forma durante el invierno.
Salas, un versátil jugador de cuadro y los jardines, combina talento con inteligencia en el juego y eso lo destaca de sus contemporáneos. Su capacidad para hacer contacto con la pelota y tomar decisiones inteligentes en el plato lo convierten en un bateador de alto promedio.
Pero lo que realmente distingue a Salas es su madurez y su enfoque en el juego. A pesar de su juventud, demuestra una calma y una seguridad en sí mismo que son sorprendentes. Su bilingüismo y su experiencia en diferentes culturas lo convierten en un jugador global, listo para enfrentar cualquier desafío que se le presente.
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