En la presentación de su memoria y cuenta correspondiente al año 2024, Nicolás Maduro aseguró que la economía venezolana habría experimentado un crecimiento superior al 9% del Producto Interno Bruto (PIB), destacando un desempeño favorable en varios sectores clave.
Por: lapatilla.1eye.us
Según Nicolás Maduro, estos resultados reflejan un impulso sostenido gracias a inversiones estratégicas y al fortalecimiento de capacidades internas.
“El crecimiento 2024 superó el 9% del PIB, colocándose los sectores y motores económicos más importantes con capacidad propia, pulmón propio. Hay sectores que han crecido. Construcción creció 25,9 %, minería 21% y el horizonte de crecimiento se pierde de vista. Petrolero creció 14% y superó largo y sigue creciendo, en enero va volando”, declaró durante su intervención.
Además, aseguró que las inversiones nacionales e internacionales alcanzaron los 52 mil millones de dólares, cifra destinada a dinamizar diversos ámbitos de la economía.
“Agricultura mantiene un crecimiento permanente, tiene 16 trimestres de crecimiento continuo, creció 6%. El sector comercio y reparación de vehículos creció 6,2% y falta ver el sobrecalentamiento que vivió entre octubre, noviembre y diciembre. El sector manufactura logró el 4,6% y logramos que la industria venezolana ascendiera a 45% promedio de funcionamiento. El 85% de los empresarios del país que el año pasado obtuvieron buenas, nuevas ganancias, dentro de Venezuela”, aseveró.
Asimismo, Maduro sostuvo: “Lo más importante es que el mercado interno funcione con producción hecha en Venezuela. El 85% de los productos que se consiguen en los supermercados que están al 100% de abastecimiento son hechos en Venezuela, según Ansa”.
Sin embargo, esta narrativa contrasta drásticamente con la realidad que enfrentan millones de venezolanos, quienes sufren las consecuencias de una economía devastada por años de políticas económicas fallidas, hiperinflación y devaluaciones monetarias.
Desde marzo de 2022, el salario mínimo en Venezuela se ha mantenido congelado en 130 bolívares, el equivalente a menos de 5 dólares al tipo de cambio oficial actual. Esto ha dejado a los trabajadores en situación de extrema precariedad, incapaces de cubrir siquiera los costos básicos de alimentos y servicios.
Mientras tanto, la inflación continúa erosionando el poder adquisitivo de la población, un problema que se arrastra desde la administración de Hugo Chávez y que se ha intensificado desde que Maduro asumió el poder en 2013.
Las múltiples reconversiones monetarias aplicadas por los gobiernos chavistas, incluyendo la eliminación de ceros al bolívar en tres ocasiones desde 2008, no han logrado detener la depreciación de la moneda. Por el contrario, estas medidas han profundizado la desconfianza en el sistema financiero nacional, agravando la fuga de capitales y promoviendo la dolarización informal de la economía.