Declaraciones de Trump sobre Groenlandia y fronteras causaron alarma en Europa

Declaraciones de Trump sobre Groenlandia y fronteras causaron alarma en Europa

1 de 2 El expresidente Donald Trump camina para hacer comentarios a miembros de los medios de comunicación después de que un jurado lo declarara culpable de delitos graves por falsificar registros comerciales en un plan para influir ilegalmente en las elecciones de 2016, en el Tribunal Penal de Manhattan, el 30 de mayo de 2024, en Nueva York. (Foto AP/Seth Wenig, Pool, Archivo)

 

Las insinuaciones del presidente electo de EEUU, Donald Trump, de controlar Groenlandia, anexarse Canadá y obtener nuevamente el control del Canal de Panamá despiertan inquietud en la Unión Europea, que trata de sentar posturas sin alterar las relaciones sólidas con su principal aliado.

Por la Voz de América





El presidente electo Donald Trump ha lanzado una retórica expansionista hacia los aliados y posibles adversarios de Estados Unidos, argumentando que las fronteras del poder estadounidense deben extenderse hacia Canadá y el territorio danés de Groenlandia, y hacia el sur para incluir el Canal de Panamá.

Las insinuaciones de Trump de que es posible redefinir las fronteras internacionales —por la fuerza si es necesario— son particularmente incendiarias en Europa. Sus palabras contradicen el argumento que los líderes europeos y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, tratan de imponer al presidente ruso Vladímir Putin.

Sin embargo, muchos líderes europeos, que han aprendido a esperar lo inesperado de Trump y han visto que sus acciones no siempre coinciden con sus palabras, han tenido una respuesta mesurada, y algunos han adoptado una postura de “aquí no hay nada que ver” en lugar de defender vigorosamente a Dinamarca, miembro de la Unión Europea.

Sin embargo, los analistas dicen que hasta las palabras pueden dañar las relaciones entre Estados Unidos y Europa antes de la segunda presidencia de Trump.

Respuesta diplomática en Europa

Varios funcionarios europeos —donde los gobiernos dependen de Estados Unidos en relación con el comercio, energía, inversión, tecnología y cooperación en defensa para la seguridad— enfatizaron su creencia de que Trump no tiene la intención de enviar tropas a Groenlandia.

“Creo que podemos excluir la posibilidad de que Estados Unidos intente usar la fuerza en los próximos años para anexar el territorio que le interese”, dijo la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.

El canciller alemán Olaf Scholz se opuso —pero con cuidado— diciendo que “las fronteras no deben moverse por la fuerza”, sin mencionar a Trump por su nombre.

Esta semana, mientras el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy presionaba a la administración entrante de Trump para que continúe apoyando a Ucrania, dijo: “No importa lo que ocurra en el mundo, todos quieren sentirse seguros de que su país no será simplemente borrado del mapa”.

Desde que Putin envió tropas a través de las fronteras ucranianas en 2022, Zelenskyy y sus aliados han luchado —a un gran costo— para defender el principio que ha sustentado el orden internacional desde la Segunda Guerra Mundial: que las naciones poderosas no pueden simplemente devorar a otras.

Los ministros de Relaciones Exteriores del Reino Unido y Francia han dicho que no prevén una invasión estadounidense de Groenlandia. Aun así, para el ministro de Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, los comentarios de Trump son una llamada de atención.

”¿Creemos que estamos entrando en un período en el que volverá la ley del más fuerte?” dijo el ministro francés. ”‘Sí”.

El viernes, el primer ministro de Groenlandia —un territorio ártico semiautónomo que no es parte de la Unión Europea, pero cuyos 56.000 residentes sí son ciudadanos del bloque como parte de Dinamarca— dijo que su pueblo no quiere ser estadounidense pero que está abierto a una mayor cooperación con Estados Unidos.

“La cooperación se da con el diálogo”, dijo el líder Múte B. Egede.

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