Mientras el calendario gregoriano marca el año 2025, no todos los rincones del mundo lo consideran como único punto de referencia para medir el paso del tiempo. En varias culturas, tradiciones y religiones, el número del año es mucho más que una cifra; refleja creencias profundas, ciclos astronómicos y, en algunos casos, la historia misma de la humanidad. Cada uno de estos sistemas nos invita a mirar el tiempo desde una perspectiva diferente, conectando el pasado, el presente y el futuro de formas únicas.
Por Infobae
El calendario gregoriano, adoptado ampliamente en todo el mundo, es un estándar global que rige desde nuestras agendas laborales hasta los eventos internacionales. Sin embargo, su dominio no significa que sea universal. Desde el calendario chino, que marca el año 4722, hasta el calendario islámico, que indica el año 1446, estos sistemas alternativos se basan en fundamentos históricos y astronómicos que se remontan a miles de años.
Entender cómo diferentes culturas y civilizaciones han medido el tiempo no solo revela las particularidades de sus tradiciones, sino también sus conexiones con el entorno natural y los momentos históricos que definieron el inicio de sus cuentas. Pero, ¿qué años están marcando actualmente estos calendarios? Y, más interesante aún, ¿cuándo y por qué comenzaron sus cuentas?
El calendario gregoriano: el estándar global
Introducido en 1582 por el Papa Gregorio XIII, el calendario gregoriano fue diseñado para corregir los desfases acumulados por el calendario juliano, en uso desde 45 a.C.. Este ajuste fue esencial para mantener las fechas de eventos clave, como el equinoccio de primavera, alineadas con la realidad astronómica y, de igual forma, garantizar que la Pascua se celebrara en el momento correcto.
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