La Vía Láctea, la galaxia en la que habitamos, ha sido durante siglos un objeto de estudio crucial para los astrónomos, ya que, al ser la más cercana, es utilizada como referencia para modelar la formación y evolución de otras galaxias en el universo.
Por Infobae
Sin embargo, un nuevo y gigantesco estudio que compara la Vía Láctea con 101 galaxias similares ha desvelado que, en realidad, la nuestra es una galaxia atípica, con características que la diferencian de manera significativa de otras galaxias espirales de masa similar. Este hallazgo puede cambiar nuestra comprensión sobre cómo se forman y evolucionan las galaxias en el universo.
El estudio que ha puesto en evidencia las singularidades de la Vía Láctea se enmarca dentro del SAGA (Satellites Around Galactic Analogs Survey), un ambicioso proyecto que examina galaxias que son análogas a la nuestra en cuanto a masa y estructura. A través de esta encuesta, los astrónomos han podido comparar nuestra galaxia con otras 101 de similar tamaño y composición, lo que ha permitido identificar diferencias clave.
El SAGA ha utilizado datos recopilados por misiones como el Sloan Digital Sky Survey (SDSS), el Two Micron All Sky Survey (2MASS) y la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA). Estos estudios permiten examinar galaxias de manera más precisa que nunca, gracias a los avances en la observación en diferentes longitudes de onda, que permiten observar detalles sobre las poblaciones estelares, la dinámica de gases y la formación estelar.
Lo que ha resultado especialmente sorprendente en este estudio es el descubrimiento de que la Vía Láctea no sigue el modelo estándar que los astrónomos habían estado utilizando para comprender la formación de galaxias en el universo.
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