A raíz de la explosión del complejo gasífero Muscar en el estado Monagas, la situación en la isla de Margarita, no solamente fue crítica en el suministro eléctrico, sino que una vez superada la contingencia que duró casi dos semanas, ahora la escasez de gas doméstico comienza a causar efectos negativos en los hogares y en las empresas que requieren de ese combustible para su producción.
Corresponsalía lapatilla.1eye.us
Desde la semana pasada los líderes de calle que coordinan los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), advirtieron que por líneas nacionales las jornadas para la recarga de los cilindros de gas doméstico, quedaban suspendidas hasta el mes de enero.
Más recientemente, surgió una nueva advertencia a los neospartanos y no se trata de otra cosa que solamente recargarán 10 kilos de gas licuado a los cilindros, sin importar la capacidad que tengan los mismos.
La situación ya comienza a tocar extremos cuando muchas panaderías y empresas que venden comida preparada como las grandes cadenas de supermercados de la Isla y hasta algunos pequeños negocios que venden empanadas y otras comidas típicas margariteñas, anuncian a través de las redes sociales que están cerrados por falta de gas doméstico.
El gerente de una conocida panadería local, confirmó que han reducido la producción de dulces y otros productos diferentes al pan, para ahorrar gas.
Con esto ya los espartanos comienzan a sentirse amenazados en lo que respecta a la seguridad de las cenas de Navidad y Año Nuevo, pues quien no tenga una cocina eléctrica deberá recurrir a la leña para poder cocinar.
Esa posibilidad permitiría la alternativa de la leña, solamente a quienes tienen patio en su residencia donde poder encender la candela para cocinar.
Por ejemplo Rafael Moreno, residente en la avenida Bolívar de Porlamar, descartó poder preparar las hallacas y el pan de jamón como tradicionalmente lo hace, porque reside en un apartamento.
“Tendré que comprar todo preparado y eso no lo creo posible porque me saldría más caro”, alertó.
Ana María Salazar, residente de Punta de Piedra municipio Tubores, tuvo una respuesta diferente y aunque el gas le hace muchísima falta, admite que le encantan las hallacas cocinadas a leña.
“Me gustan más porque tienen un sabor diferente, pero el pan de jamón y la ensalada no los puedo cocinar con leña”, subrayó.
Marianela Suárez, residente de Porlamar, aseguró que ya comenzó a utilizar sus artefactos eléctricos para preparar comida.
“Ya comencé a hacer el arroz en la arrocera para ahorrar gas y poder hacer las hallacas de diciembre”, apuntó.