El mencionado galardón recayó en tres investigadores James Robinson de la Universidad de Chicago, Daron Acemo?lu y Simón Johnson del Massachussets Institute of Technology (MIT), quienes durante las últimas décadas desarrollaron estudios que demostraron la importancia que tienen las fortalezas de las instituciones económicas y políticas para mantener la estabilidad democrática y la prosperidad económica.
Los investigadores Robinson y Acemo?lu son autores del libro Por qué fracasan las Naciones (2012), donde señalan, basándose en ejemplos extraídos desde la remota antigüedad hasta la actualidad, que la prosperidad no depende de la geografía o de la cultura, sino de las políticas que emanan de las instituciones, Johnson, economista y politólogo, considera que la economía y la política son indivisibles y partiendo de sus estudios sobre Latinoamérica y África, señala a la concentración del poder y la dictadura como limitantes del desarrollo, ya que actúan en detrimento de la estabilidad institucional. Los tres autores conjuntamente escribieron el artículo The Colonial Origins of Comparative Development (2001), que vinculaba el tipo de instituciones establecidas en los periodos coloniales con su ulterior desarrollo.
Venezuela se citaba como ejemplo de un país que contó con inmensas riquezas y no logró capitalizarlas ni alcanzar una estabilidad duradera, por la debilidad de sus instituciones. Para nosotros que hemos vivido el proceso de auge y debacle de nuestro país, esta aseveración es validada por la experiencia cercana a los procesos.
La Constitución que se sustenta en la división de los poderes, Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral, se vio en la práctica dominada por un solo poder el Ejecutivo, el presidente y en alguna medida, el cogollo de su partido. El legislativo tuvo poca autonomía y no fue fuente de iniciativas legislativas, solo seguía mansamente la línea del partido. El poder judicial tuvo escasa independencia y este es, quizás, la mayor falla institucional. Los jueces eran nombrados por líneas partidistas y manejados por mafias judiciales como el sonado Clan de David (Morales Bello).
Circunstancia que se agudizó, durante los gobiernos de Chávez y Maduro, donde se completó el control absoluto de los poderes, llegando a la actualidad en la que el gobierno ha alcanzado extremos inusitados, una muestra de la falta de independencia y abyección al ejecutivo la acaba de dar el poder electoral en esta elección presidencial del 28 de julio de 2024, y posteriormente el poder judicial.
La debilidad institucional que siempre fue evidente para los que hemos seguido los vaivenes de la economía y la política, es cierta, pero esta fachada no puede esconder a los actores y beneficiarios de esta debilidad que llevó al país al desastre. Los historiadores económicos de aquellos países apuntan a una dirección, nuestros historiadores económicos deben ponerle nombre y apellido a los personajes que contribuyeron a la desinstitucionalización. Nuestro próximo libro, CODICIA Auge y Declinación de la Cúpula Bancaria en Venezuela 1974-1994, apunta en esa dirección.
Gerardo Lucas. Economista e Historiador. httpps://gerardolucas.wordpress.com