Hay enfermos graves y discapacitados entre los 103 detenidos durante las protestas en Guacara

Hay enfermos graves y discapacitados entre los 103 detenidos durante las protestas en Guacara

Los reclamos son porque a la coacción y amenazas contra los detenidos se suma la denegación de justicia.

 

 

Las elecciones presidenciales del 28 de julio trajeron consigo la brutal arremetida de los cuerpos policiales y militares contra quienes reclamaban la transparencia en los resultados. Casi tres decenas de muertos y dos mil detenidos, acusados de terrorismo y otros graves delitos. Una de esas causas es la llamada “los 103? que agrupa a igual número de personas detenidas, el 30 de julio, en Los Guayos, municipio Guacara, estado Carabobo y enviados finalmente a la cárcel de Tocuyito, sin que exista ninguna prueba que los incrimine.





Por Sebastiana Barráez | Infobae

A la detención se le suma el otro capítulo de la terrible historia, que acompañó a la represión y continuó con la violación al debido proceso, como ha ocurrido en la administración de justicia con todos los detenidos por causas políticas: las promesas: “Seguro que los dejan libres, pero no denuncien”; las amenazas: “si no hacen lo que les decimos, a su familiar le va a ir peor”; la coacción: “mejor que admita los hechos para que salga más rápido”; la imposición: “con el defensor público les va mejor”.

La perversidad del sistema de justicia, con juez, fiscal y defensor público, se complementa con informes amañados, expedientes adulterados y funcionarios de inteligencia y policiales. Todo encaminado a la impunidad y el desgaste de presos y familiares. Les imputaron delitos de terrorismo, hurto agravado, daños a la propiedad, obstrucción de vía pública.

La causa de los 103 tiene los expedientes CIM-2024-001062 y MP-137630-24. El juez Carlos Enrique Liendo Acosta es el mismo de gran número de causas políticas, que cursan en el Tribunal Segundo de Control Antiterrorismo. Y los fiscales son el 52 Nacional, Alirio Mendoza y el de enlace Ángelo José Dorta Sivira, que es el fiscal sexto de Carabobo. Los defensores públicos son Yirvin Marcano, el Nr. 78 en Caracas y el enlace en Carabobo, Víctor Arrieta.

A Bennie Josué Nava Redondo lo detienen junto a su amigo Mario de Jesús Aquino Ladino, cuando el 30 de julio, a las 10 de la mañana, salieron a buscar un medicamento para la mujer de Mario que en su momento estaba embarazada y tenía mucho dolor. Van hacia una farmacia, pero pasando frente al local Pío Pío, los enfrentan dos colectivos y les piden detenerse.

“Lo bajan a la fuerza de la moto, los tiran al suelo, lanzan la moto de mi pareja al piso y los apuntan con un arma, advirtiéndoles que, si se mueven, los van a matar. Los sujetan por la camisa y los montan en un autobús”, relata Daibelis Mármol, pareja de Berni.

Las dos mujeres, que estaban juntas, se angustian al ver que sus maridos se tardan. “Yo lo llamo varias veces hasta que por fin me contesta y me dice lo que está pasando y que van en ese autobús. Él tenía mucho miedo porque les dijeron que los iban a golpear. Además, estaba viendo cómo en las calles paraban y montaban más gente al bus y les decían que si no alzaban la cabeza para los videos, les iban a meter un tiro en la frente”.

“El último mensaje telefónico fue para decirme: ‘Yo estoy con Dios mi amor y él sabe que no somos malos. Te amo y Mario ama a Lairys; pase lo que pase estaremos juntos’. Me dice que el teléfono se le va a apagar y que los están llevando de un lugar a otro, dando vueltas. Ahí perdimos la comunicación”.

Daibelis Mármol relata que cuando vio a su esposo en la visita, al día siguiente de la audiencia, el 16 de octubre, “quedé impactada al verlo. No es ni la cuarta parte de lo que era mi pareja; está demasiado flaco, no come bien, tenía 4 días sin poder bañarse y se lo permitieron ese día porque erqa la visita”.

Narra que ella fue junto a la pareja de Mario de Jesús, la cual está recién dada a luz y fue con el bebé recién nacido. “Por toda esta injusticia su papá no pudo verlo nacer”.

“Mi pareja me dice ‘mi amor hoy es la audiencia, Dios con nosotros’. Nos quedamos esperando frente al penal y en menos de unas horas nos dicen que todos fueron pasados a juicio. ¿Y las pruebas que llevamos qué?”

Todos los testimonios coinciden en señalar las pésimas condiciones de los presos en Tocuyito.

 

Entre los 103 hay detenidos con diabetes, varios son hipertensos, hay enfermos de cáncer y hasta discapacitados, entre ellos un ciego. “En esa cárcel hay un caso de VIH. Mi sobrino dice que varios reclusos han intentado quitarse la vida, el más reciente fue un muchacho que lunes o martes se intentó ahorcarse con el uniforme que le dieron. Algunos actúan muy raros como volviéndose locos”.

“Hay un detenido que sufre de convulsiones y en el transcurso de la semana ha convulsionado alrededor de 60 veces; está prácticamente en estado de coma y lo tienen en enfermería y está en muy malas condiciones de salud”, le confirmó uno de los detenidos a su hija.

Susana, tía de uno de los detenidos, le dice a Infobae que no solo luchan por justicia en el proceso legal sino contra los abusos de un custodio llamado Máximo, que agrede a los reclusos, incluso físicamente, llevándolos a un cuarto aparte donde los golpea.

El domingo, durante la visita a la cárcel de Tocuyito, los familiares se concentraron al frente del penal con pancartas, en el legítimo derecho a la protesta, contemplado en el artículo 68 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Varios militares, desde la autopista, se dedicaron a grabar a los manifestantes.

“Yo estaba ahí con mi pancarta pidiendo justicia para mi hijo, cuando llegaron funcionarios de la Policía municipal, diciéndonos que no están permitidas las protestas, tampoco exponer pancartas y que ellos podían ejercer acciones contra nosotros familiares de los detenidos. No quieren que ni siquiera los defendamos”, confirma a Infobae una mujer conteniendo el llanto.

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