Un juez ordenó este martes a Rudy Giuliani, el exabogado personal del expresidente estadounidense y candidato republicano a la Casa Blanca Donald Trump, que entregue objetos de valor y su lujoso apartamento de Manhattan a dos trabajadoras electorales a las que difamó.
En diciembre de 2023, un jurado federal de Washington condenó al también exalcalde de Nueva York a pagar 148 millones de dólares a Ruby Freeman y a su hija Wandrea “Shaye” Moss por hacer repetidamente afirmaciones falsas de que participaron en un fraude electoral en 2020.
Giuliani fue declarado responsable en 2023 por la jueza de distrito Beryl Howell de difamar a Freeman y Moss, ambas trabajadoras electorales del condado de Fulton, con sus mentiras sobre los comicios de 2020 a favor de Trump, que finalmente perdió contra el presidente Joe Biden.
El jurado de ocho miembros concedió a Freeman y Moss más de 16 millones de dólares a cada una por la difamación, 20 millones de dólares por persona por angustia emocional y 75 millones de dólares en daños punitivos.
Giuliani se declaró en bancarrota en diciembre de 2023 por la decisión.
“Se ordena al demandado… que transfiera todos los bienes personales especificados en la lista que figura a continuación… incluidas cuentas en efectivo, joyas y objetos de valor, una reclamación legal por honorarios de abogados impagados y su participación en su apartamento de Madison Avenue”, según el escrito del tribunal de Manhattan conocido este martes.
Giuliani dispone de siete días para realizar la transferencia a una administración judicial bajo el control de Freeman y Moss, de acuerdo con el documento.
El exalcalde, que dirigió los esfuerzos legales de Trump para anular los resultados de los comicios de 2020, publicó un video sobre Freeman y Moss en el que las acusaba falsamente de haber cometido fraude durante el recuento de votos y hacía otras afirmaciones infundadas.
Freeman y Moss, ambas afroestadounidenses, dijeron al jurado durante el juicio que las falsas aseveraciones de Giuliani habían trastornado sus vidas y las convirtió en blanco de amenazas racistas.
AFP