El Instituto Oceanográfico de Venezuela (IOV), único en el país, es una institución académica e investigativa de la Universidad de Oriente (UDO), ubicada en el estado Sucre, especializada en docencia e investigación “básica y aplicada en los campos de la biología marina, oceanografía y biología pesquera”, se lee en su página web oficial.
Víctor Federico González / Corresponsalía lapatilla.1eye.us
Cabe destacar que se trata de uno de los más antiguos e importantes centros de docencia e investigación oceanográfica del Caribe y América Latina, aunque en la historia reciente ha sido víctima del robo, vandalismo y saqueos.
Recientemente el equipo de lapatilla.1eye.us en la región oriental hizo un recorrido por lo que en algún momento fue el espacio físico de este importante instituto que contribuye con el estudio del medio ambiente marino y la formación en Ciencias Marinas de estudiantes y profesionales, tanto venezolanos como extranjeros.
Sin detenerse en medio del caos
La directora del IOV, Mayré Jiménez, en entrevista con lapatilla.1eye.us reconoce que “es triste recordar todo esto”, pero a su vez destaca que “el Instituto Oceanográfico de Venezuela es el único de Venezuela, y cumplió 65 años de labores ininterrumpidas”.
“Hemos contado con el apoyo de muchos investigadores de nuestro país, y de otros que se encuentran en el exterior, sobre todo apoyo moral, porque es muy gratificante y hermoso cuando te dicen: ‘ustedes son unos héroes, no se rindieron, ¡continuaron contra viento y marea!”, expresó.
La profesora al ser consultada sobre el inicio de la destrucción del IOV, narró que en el año 2016 empezó el hampa a atacar la infraestructura y a las personas que laboraban en la UDO, pero específicamente en el IOV. “Lo fuerte comenzó en 2019, aunque como lo dije, poco a poco, durante años anteriores, hubo robo de equipos, reactivos y otras cosas, en menor escala”.
Asimismo, detalló que en octubre de 2019 al regresar de unas vacaciones colectivas, todo el personal encontró que “todas las puertas de oficinas y laboratorios” fueron destrozadas “con mucha saña”, porque lo que la delincuencia no se pudo robar, fue destruido.
“Encima de los libros y otras cosas hacían necesidades fisiológicas”, afirmó. Agregó que desde principios de ese año ya no contaban con servicio eléctrico, pero seguían asistiendo y se las ingeniaban para continuar dando clases. “Dábamos clases con las computadoras cargadas y comenzamos a guardar lo que podíamos cargar para nuestras casas. Todavía no entendemos porque tanta rabia y saña”.
Actos de resistencia
Poco antes de iniciar la pandemia por Covid-19, el fallecido profesor Baumar Marín propuso rescatar y resguardar los libros de la Biblioteca Rafael Curra, única en Ciencias Marinas de Venezuela. Con este esfuerzo se pretendía salvar muchas de las colecciones de libros allí existentes.
“Fue un trabajo duro y estresante, ya que estando allí, llegaban los malandros, y nos preguntaban qué hacíamos, algunas veces se quedaban vigilándonos y a eso de las 11:30 am, nos decían: ‘Bueno, suficiente, ¡váyanse ya!”, detalló Jiménez, quien a su vez precisó que para ese momento ya la Biblioteca General de la UDO Sucre había sido quemada y casi no recibía el apoyo de vigilancia de los organismos de seguridad.
De acuerdo con un reporte de la periodista Ariana Agreda de fecha 21 de abril de 2020, el día anterior “se registró un incendio provocado en el Instituto Oceanográfico de Venezuela, previamente ya atacado y desvalijado”.
En la actualidad, el IOV se niega a paralizar sus actividades académicas, por lo que a lo largo de los años su personal se ha reinventado a través de clases online y presenciales en casas particulares u otros espacios de la comunidad udista, como el Complejo Cultural “Luis Manuel Peñalver”.
Anhelo de la comunidad udista
Mydream Montilla, bióloga egresada de la UDO Sucre, afirmó que “disfrutó muchísimo” los espacios del IOV y las capacitaciones que brindaban a los estudiantes en distintas áreas. “Disfruté mucho todas las actividades del Oceanográfico, tuve la oportunidad de participar en las semanas aniversaria y vivir todas las ponencias (…) Para mí el IOV representa una casa donde encontrábamos las especializaciones en el área marina”, comentó.
“Cuando empezó la pérdida del Oceanográfico fue para nosotros de suma tristeza (…) estábamos terminando la carrera y fuimos viendo cómo se iba destruyendo. Poco a poco pasamos a ver clases en el piso, ya no teníamos salones, empezaron a cerrar espacios, saquearon su biblioteca (…) se perdieron valiosos trabajos y nos quedamos como sin bases”, aseveró.
Montilla afirma que le encantaría volver a pisar los espacios del IOV como profesional, dar clases y manifestó su deseo de ver la continuidad de los trabajos investigativos en sus laboratorios.
¿Se recuperará el IOV?
El pasado 25 de septiembre fueron entregados tres nuevos módulos conformados por 15 petro aulas y 10 laboratorios totalmente acondicionados en la UDO Sucre, por parte de la administración de Nicolás Maduro.
En la actividad estuvieron el gobernador de la entidad, Gilberto Pinto; el ministro de Educación Universitaria, Ricardo Sánchez; la presidenta de la Gran Misión Venezuela Bella, Jacqueline Farias. Los funcionarios afirmaron que la “rehabilitación absoluta” de la “casa más alta” estaba en la agenda del régimen chavista.
“Gracias a todos nuestros profesores, estudiantes, a todo el personal por comprender el reto y el desafío que representaba seguir aportando y tributando al sueño de la Venezuela potencia, que Sucre y su universidad más importante y privilegiada, como lo es la UDO, siga avanzando en la certificación de todas las especies marinas con su Instituto Oceanográfico y seguir formando a profesionales de excelencia y altísima calidad y desempeño”, fueron parte de las declaraciones de Sánchez en esa oportunidad.
Un egresado de la UDO Sucre en el área de Biología, que prefirió mantener su nombre bajo anonimato, señaló que “en mi Cumaná del futuro existirá el núcleo más bello de la Universidad de Oriente, se reactivarán las instalaciones del Instituto Oceanográfico de Venezuela y volveremos a ser ‘la casa más alta”.
