El crudo testimonio de la mujer que fue drogada y violada durante una década en Francia

El crudo testimonio de la mujer que fue drogada y violada durante una década en Francia

Gisèle Pelicot ha entrado poco antes de las nueve de la mañana en la sala de audiencias del Tribunal de Justicia de Aviñón. Vestida con una falda roja y una camisa blanca, ha comenzado su relato. El de su historia de amor y de horror. El de los 50 años de vida en común con su marido, que la drogó durante 10 sin que ella lo supiera para que decenas de hombres (51) pudieran violarla mientras ella estaba inconsciente.

Por Raquel Villaécija / EL MUNDO





Su relato, durante hora y media y sin parar, habla mucho de la dignidad. La de la víctima, una mujer que ahora tiene 72 años y que ha decidido tener un juicio público, a rostro descubierto, para ayudar “a otras mujeres que puedan estar en la misma situación”. Ella misma ha ilustrado en varias ocasiones lo vivido: “Es como un boxeador, al que golpean y se vuelve a levantar una y otra vez”.

El juicio contra su marido, Dominique P. comenzó el lunes. Se juzga a 51 hombres por violaciones agravadas. Sucedieron entre 2011 y 2020 en Mazan, el pueblo donde vivían. Hoy es la primera vez que ella testificaba. “Nuestra relación había estado basada en la confianza durante 50 años”, ha dicho.

Ha comenzado contando el día en el que los investigadores la llamaron para “enseñarle algunas fotos”, para revelarle el horror que ella misma desconocía haber vivido durante años. En la comisaría le preguntaron si tenía una sexualidad normal, si practicaba intercambios: “Les dije que nunca, que soy mujer de un solo hombre”.

“Me dijeron: le vamos a mostrar cosas que no le van a gustar. Me empezaron a sacar fotografías. ‘Señora, ¿se reconoce en esta foto?’, me preguntaron. Yo no reconocía a la mujer ni a la persona que estaba al lado, a mi lado”.

“Me enseñó dos fotos más: yo estaba en mi cama, inerte, dormida, y un hombre estaba a punto de violarme”, ha seguido. “Estaba en estado de shock. Para mí todo se derrumbó, todo lo que habíamos construido durante 50 años. Teníamos tres hijos y siete nietos. No entendía nada. Me quisieron enseñar un vídeo, les dije que no podía”.

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