Wiliam Anseume: Las otras elecciones

Wiliam Anseume: Las otras elecciones

¿Se imaginan otras elecciones? No las presidenciales, que ya arrojaron un resultado y que el régimen insiste en robarse. Las otras, las demás, las venideras, las subsiguientes. ¿Con ése Consejo Nacional Electoral? ¿Con los otros, cuestionados dentro y fuera del país, arriba de él, moviéndolo como marioneta boba?

En su programa habitual, un alto dirigente del partido de gobierno acaba de proferir otra amenaza política: quien no reconozca el resultado que sólo ellos en su minusvalía ven, no podrá participar en venideras elecciones. Se refería a partidos políticos. Es la proscripción de lo que queda de partidos democráticos. El asunto que se viene a la palestra los próximos días, meses, ¿años?, es la gobernabilidad.

Porque, mientras no haya reconocimiento del triunfo del otro no se hace posible gobernar, y aunque después del tal reconocimiento la gobernabilidad se vea comprometida, se facilita cuando los derrotados aceptan que derrotados fueron y entregan el poder a los ganadores. Pero mientras los ganadores no sean aceptados, como en efecto son y efecto no lo son, la gobernabilidad se imposibilita por las consecuencias internas y exteriores, fundamentalmente, de ese no reconocimiento.





Ahora bien, la gobernabilidad estorbada incluye los próximos eventos electorales. ¿Cómo ir, con quién, a otras elecciones sin haber superado los hechos acaecidos en esta traumática y de qué modo? Para aquellos no hubo elección sino simulacro y designación. Perpetuación con un juego electoral que se apropiaron, sin haber podido superar las dificultades que les generaron las trabas que ellos mismos impusieron, o sea, provocaron la estampida de votantes por el mundo, a quienes ya habían programado quitarles el derecho al voto, persiguieron partidos y líderes hasta el exterminio, inhabilitaron a quien para ellos era la maxima contrincante, invirtieron toneladas de dinero en publicidad y terror y aún así perdieron sobradamente, históricamente.

Pero secuestran la verdad con el uso de la fuerza. ¿Y van a hablar de elecciones venideras? ¿Así? ¿Quién se va a prestar a un nuevo juego cantado, en caso que no se solucione la aceptación de la derrota? ¿Van a ir solos a apropiarse de todos los cargos con simulacros de juegos electorales? ¿Ese CNE tan cuestionado y cuestionsble llevará las próximas elecciones? Es demasiado hondo el resquebrajamiento provocado en el Estado. Me gustaría insistir en que el problema que se viene es la gobernabilidad. Tema a trabajar con prontitud y denuedo del lado victorioso tanto como del derrotado