Durante una cadena nacional este lunes 12 de agosto, Nicolás Maduro afirmó que su gobierno es un “perseverante defensor de la Carta de la ONU”, causando asombro entre quienes observan la política venezolana.
Por lapatilla.1eye.us
“Nosotros somos perseverantes defensores de la Carta de la ONU y creemos en el sistema de la ONU, pero un sistema de la ONU que avale las leyes internacionales, el derecho internacional, el derecho de los pueblos, el derecho a la paz, el derecho a la independencia, el no intervencionismo y no que sea utilizada como instrumento”, expresó Maduro.
La afirmación de Maduro, sin embargo, parece ir en contracorriente con la percepción internacional y las acciones que su propio gobierno ha llevado a cabo en los últimos años.
Es irónico escuchar a Maduro hablar de defensa de la paz y el no intervencionismo cuando, bajo su mandato, Venezuela ha sido denunciada repetidamente por violaciones de derechos humanos y ha enfrentado sanciones internacionales por su manejo represivo de la disidencia.
Además, la idea de que su gobierno apoya un sistema de la ONU que respete “el derecho de los pueblos” y “el derecho a la independencia” es, cuanto menos, contradictoria. En un país donde la libertad de prensa está gravemente limitada, la persecución a la oposición es constante, y donde se han denunciado numerosos atropellos contra los derechos de los ciudadanos, estas palabras parecen desconectadas de la realidad que viven millones de venezolanos.
Maduro también cuestionó el uso de la ONU como un “instrumento”, lo que podría interpretarse como un ataque velado a las críticas que su gobierno ha recibido de la comunidad internacional. Sin embargo, es difícil pasar por alto que, en numerosas ocasiones, la administración de Maduro ha rechazado o minimizado las recomendaciones y condenas emitidas por organismos de la ONU, especialmente en relación a los derechos humanos.