La RAE despeja la duda entre “albóndiga” o “almóndiga”

La RAE despeja la duda entre “albóndiga” o “almóndiga”

(foto Diccionario español istock)

 

Existen pocos idiomas tan ricos y variados como el español. Con más de 500 millones de hablantes en todo el mundo, el español es una lengua que ha evolucionado a lo largo de siglos, absorbiendo influencias de diversas culturas y regiones.

Por larazon.es

Esta riqueza se refleja en su vasto vocabulario, los múltiples dialectos y la profundidad de su literatura. Además, su capacidad para incorporar y adaptar palabras extranjeras, junto con la variedad de modismos y expresiones locales, hace del español un idioma vivo y en constante expansión.

Prueba de ello son las múltiples palabras y expresiones que pueden existir, y que existen, para referirse a una misma cosa. Sin embargo, a día de hoy, todavía existe una palabra que causa disputa entre quienes lo llaman de una forma o de otra. Por ello, la Real Academia Española (RAE) ha desvelado cuál es la forma correcta de referirse a este alimento.

‘Albóndiga’ o ‘almóndiga’

Tal y como señala la RAE en su página web, la palabra ‘almóndiga’ se recoge en el diccionario desde la edición de 1726, por lo que no se puede decir que se haya incorporado recientemente. Así, aparece marcada como variante antigua y vulgar, lo que se ve en que va acompañada de las abreviaturas ‘desus.’ y ‘vulg.’, lo que quiere decir que el uso de ‘almóndiga’ es antiguo y que hoy se siente como una forma impropia de la lengua culta.

Así, el Diccionario panhispánico de dudas es contundente: “No debe usarse la forma almóndiga, propia del habla popular de algunas zonas”. Por ello, la forma adecuada de referirse a este alimento, por ser la generalizada en el uso y, además, la más cercana a la voz original, ya que viene del árabe hispánico albúnduqa, es referirse a ello como albóndiga y no como ‘almóndiga’.

¿Por qué se incluyó ‘almóndiga’ en el diccionario?

La RAE aclara que en las primeras ediciones del diccionario se incluían formas vulgares del habla que tuviesen la suficiente documentación histórica, como la palabra ‘almóndiga’. De ahí que este vulgarismo, junto a ‘almondiguilla’ y ‘almondeguilla’, fueran acogidos sin problema en el Diccionario de autoridades en 1726.

Sea como fuere, la realidad es que la RAE no acepta la palabra ‘almóndiga’ en el sentido de considerarla válida, ni mucho menos la ha aceptado recientemente en el sentido de integrarla en su diccionario. Todo ello, señala, teniendo en consideración su postura actual de no incorporar al diccionario nuevos vulgarismos.

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