Un video ciudadano filtrado en redes sociales evidenció el escaso poder de convocatoria de Nicolás Maduro en su mitin del pasado sábado en Barcelona, estado Anzoátegui.
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La grabación comenzó en la avenida Caracas, a la altura del Centro Médico Zambrano, aproximadamente a unas cuatro cuadras de donde estaba instalada la tarima dispuesta por el Psuv.
Gracias a los múltiples altoparlantes y a las calles solitarias, las palabras de Maduro resonaban con fuerza sobre el asfalto a altas horas de la noche.
“Miren cómo está esto solo”, describía el sujeto que se decidió a registrar la realidad de las concentraciones chavistas a muy poco de la elección presidencial.
“¿Hay alguien con vida?”, ironizó el ciudadano mientras avanzaba a paso muy lento por las calles, donde algunas personas permanecían de pie o en el suelo, indiferentes a las frases del candidato.
A medida que se acercaba a la tarima de Maduro, el hombre se encontraba con más personas que caminaban en sentido contrario, apuradas por desmarcarse del desnutrido mitin político.
“Otra pantalla y nada”, comentaba para subrayar que el despliegue logístico fue mucho mayor de lo realmente necesario para un evento tan desolador.
Asimismo, la oratoria de Maduro resultaba tan poco atractiva que era difícil definir a los presentes como verdaderos oyentes. Mas bien, parecían esperar con impaciencia a que el vocero se callara.
Ante la apatía generalizada, los gritos cada vez más ofuscados del “presidente obrero” solo servían para contrastar en mayor medida su soledad, un eco que no hacía vibrar ningún corazón, ningún ingenio.
Finalmente, el caminante llegó al punto donde se concentraban los pocos adeptos fieles, que no conseguían arropar más de media cuadra de una avenida de cuatro canales.
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Más temprano ese mismo día, en Maturín, una monaguense que asistió a la masiva concentración de María Corina Machado le aseguraba por teléfono a su amiga cercana: “¡mi hermana, se acabó el chavismo!”.