Luis Emilio Bruni: La última operación psicológica del régimen venezolano

Luis Emilio Bruni: La última operación psicológica del régimen venezolano

La guerra psicológica librada por el régimen chavista contra los ciudadanos venezolanos durante el último cuarto de siglo puede haber infligido daños más profundos que los horribles daños físicos y torturas sufridas por decenas de miles de víctimas del régimen, que han documentado sus casos en numerosos expedientes en la Corte Penal Internacional.

Este daño fomentó una mentalidad colectiva de miedo, resignación, humillación e indefensión aprendida durante un período prolongado.

Este trágico hechizo ha sido roto por la tenaz líder opositora que ha recorrido incansablemente el país durante la última década y, con creciente intensidad en los últimos diez meses, ha movilizado a millones de venezolanos. Independientemente del resultado de las elecciones venezolanas del domingo, María Corina Machado ya ha liberado las mentes y los corazones de la abrumadora mayoría de los venezolanos que anhelan un cambio de régimen.





Machado ha reavivado el sentido de nacionalidad entre una población que ha sido sistemáticamente humillada y vilipendiada. Los únicos blancos restantes para los arquitectos de las narrativas patológicas del régimen son los elementos cada vez más alertas de las fuerzas armadas venezolanas y la comunidad internacional democrática.

La potente maquinaria de propaganda del régimen está totalmente dedicada a elaborar una narrativa que legitime lo groseramente ilegítimo: una nueva ola de violaciones generalizadas de los derechos humanos, sin la cual el régimen chavista no tiene ninguna esperanza de conservar el control del poder ejecutivo del país.

La operación psicológica maestra que se está desplegando actualmente combina los tres mecanismos siguientes:

Fabricación de una victoria electoral ficticia

No cabe duda de que las elecciones ya son injustas y opacas. El régimen ya ha cometido una serie de violaciones fundamentales de la ley electoral. El régimen eliminó ilegalmente de la contienda al principal candidato de la oposición después de que María Corina Machado ganara las primarias de la oposición por una mayoría aplastante. Ha obstaculizado el registro de millones de votantes en Venezuela y en el extranjero.

Altera continuamente la naturaleza de los centros de votación a su antojo. A pesar de esto, gracias al apoyo inquebrantable de Machado, el candidato de la oposición, Edmundo González, lidera por márgenes sin precedentes en todas las encuestas creíbles. Para fabricar una narrativa de victoria, el régimen inventa sus propias encuestas, presentadas por empresas desconocidas sin experiencia en el campo.

Intimidación y represión de votantes y líderes de la oposición

La prensa internacional ha sido testigo de las múltiples acciones de obstrucción que ha desplegado el régimen durante la campaña electoral de la oposición. Las audaces estrategias de María Corina Machado para sortear esos obstáculos se han convertido en un mito icónico en Venezuela: personas que la protegen y la transportan en caballos, motocicletas, camiones y canoas indígenas, sorteando los bloqueos oficiales de carreteras y todas las formas concebibles de abuso de autoridad. Sus colaboradores cercanos han sido detenidos u obligados a buscar asilo diplomático y sus partidarios han sido amenazados y hostigados.

Demonización del derecho de los ciudadanos a proteger su voto

Dada su historia de manipulación electoral, el régimen necesita aislar sus conocidos métodos fraudulentos de la destacada y sin precedentes organización de defensa del voto que María Corina Machado ha estado preparando durante meses con sus millones de seguidores.

Para ello, el régimen trabaja activamente en la creación de una matriz de opinión preventiva, presentando falsamente a la oposición como poseedora de un plan desestabilizador, que supuestamente incluye denunciar fraudes sólo para incitar a la violencia.

Con esta demonización preventiva, el régimen anticipa sus intenciones de neutralizar el llamado a respetar los derechos humanos de los venezolanos, preparando el terreno para criminalizar el derecho constitucional de los ciudadanos a exigir transparencia en el escrutinio de manera pacífica y defender su voto de cualquier intención fraudulenta.

Aunque el régimen ha negado la posibilidad de una observación internacional de calidad y en proporciones adecuadas, la comunidad internacional democrática puede contribuir de muchas maneras a prevenir otra violación masiva de los derechos humanos y sus nefastas consecuencias para toda la región.

Los gobiernos, las instituciones y los líderes democráticos de todo el mundo deben mantener la vista puesta en los elementos observables que se encuentran en el centro de esta operación proyectiva demonizadora.

Sólo su acción coordinada puede servir como medida de precaución seria para proteger los derechos humanos de los ciudadanos venezolanos y la integridad de los líderes de la oposición.

Luis Emilio Bruni es profesor asociado en la Universidad de Aalborg en Dinamarca y director del Laboratorio de Cognición Aumentada, dedicado a la investigación neurocientífica sobre la cognición narrativa.

Este artículo fue publicado originalmente en  el Miami Herald el 23 de julio de 2024