A sus 24 años de edad, Humberto García es estudiante de Contaduría Pública en la Universidad Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora (Unellez) de Barinas, pero también se dedica a cantar para poder culminar su carrera.
Corresponsalía lapatilla.1eye.us
Con un micrófono bocina y una pequeña corneta portátil, este joven se pasea por los semáforos de Alto Barinas durante el día, y de noche recorre los negocios de comida rápida, buscando un oyente a quien cantarle y recibir una propina por su talento.
Salsa y romántica son sus estilos, y entre los cantantes favoritos que interpreta están Jonathan Moly, Chino y Nacho, entre otros, que varía para no aburrir a su público.
Humberto disfruta los momentos que le permite la música desde hace tres meses que decidió cantar, pero no ha tenido una vida “color de rosas”.
Hace siete años, en 2017, su padre tenía un negocio familiar de venta de carnes y víveres, que les permitía contar con ingresos para la manutención de todos y para que Humberto se dedicara a estudiar.
En mayo de ese año en Barinas, las protestas de calles habían llegado a un punto elevado y el lunes 22 de ese mismo mes, al menos 200 comercios fueron asaltados, incluyendo el que tenía el padre de Humberto, quien recuerda de ese momento que “llegaron como 100 motorizados y se llevaron todo, nos quebraron”.
Transcurrido el tiempo hasta la fecha actual, la familia García no ha logrado recuperarse luego de haber visto esfumarse en manos del vandalismo todo su capital invertido.
El padre de Humberto intenta reponerse en la actividad que había hecho toda su vida, luchando con la crisis económica y lo que ingresa para la familia es poco para cubrir sus necesidades, comenta.
Lo duro de la calle
Humberto García ha sido un bregador en su día a día. En la calle ha vendido helados cremosos, ha trabajado en puestos de hamburguesas, de pizzero, creó una marca de helados, se formó como panadero, pero los bajos salarios no lo ayudaron a su subsistencia y cursar sus estudios a la vez.
Tras la quiebra familiar por causa de los saqueos, Humberto García comenzó a vender helados y chucherías en las colas de gasolina.
Posteriormente, el influencer José Zeila lo ayudó para comprar un congelador, y otro llamado Fernando, de Guanare, también le brindó apoyo.
Los apagones lo obligaron a abandonar la fabricación de helados, “porque no se congelaban bien, entonces cuando salía a la venderlos, se ponían aguados en poco tiempo”.
Al tiempo que su padre trata de levantar de nuevo el negocio y su mamá está enferma, son realidades que lo motivan a continuar el esfuerzo que viene haciendo para obtener ingresos diarios.
No ha sido fácil el trajinar, asegura, debido a que lo han perseguido, agredido, atracado y no en todos los negocios puede cantar todos los días, porque no se lo permiten.
Aparte de mantenerse en la calle cantando, se promociona en instagram como @humberto_a_gar, donde espera seguir creciendo para mostrar mucho más de lo que sabe hacer para sobrevivir en Barinas.