Nueva York vivió una jornada inusual el lunes cuando el Third Avenue Bridge, que conecta Manhattan y el Bronx, se quedó atascado en posición abierta debido al calor extremo. El puente, un símbolo con 126 años de antigüedad, presentó problemas cerca de las 14:45 horas, cuando el aumento de temperatura hizo que el acero se expandiera de manera significativa, según informó Fox News.
Por Infobae
A medida que la temperatura en el área alcanzaba los 35 grados celsius, el puente quedó inoperante en su lado del Bronx, provocando caos vehicular. Los equipos de la FDNY y el Departamento de Transporte de la Ciudad trabajaron durante varias horas para solucionar el problema. “Hubo un informe de un puente atascado a medio camino”, mencionaron los funcionarios.
Un helicóptero NewsCopter 7 captó imágenes de las unidades marinas del FDNY rociando agua sobre la estructura para enfriarla. Los efectos de la ola de calor en la infraestructura de la ciudad quedaron claros con la grabación de Chopper 4, que mostró a los bomberos bombeando agua desde el río Harlem sobre el puente.
Según el Departamento de Transporte de la Ciudad de Nueva York, este fenómeno se debe a la expansión térmica del acero, algo que puede causar problemas en maquinaria antigua, como en el caso de este puente histórico inaugurado en 1898.
La situación generó congestión significativa, ya que todo el tráfico estuvo desviado mientras se realizaban las reparaciones necesarias. “Las unidades terrestres y marinas estaban en el lugar”, añadió el FDNY, mediante un comunicado.
ABC News señaló que, durante el lapso en el que el puente estuvo cerrado, no se reportaron heridos. Las cámaras captaron a los vehículos pasando nuevamente sobre el puente poco después de que se reabrieran los carriles en ambas direcciones. “No hubo reportes de lesiones”, informaron las unidades de emergencia presentes en la escena.
El evento ocurrido es destacado no solo por el impacto directo en la movilidad en una de las partes más transitadas de la ciudad, sino también porque evidencia cómo el cambio climático y las condiciones meteorológicas extremas pueden afectar la infraestructura urbana. Este no es el primer incidente de este tipo en la historia reciente, pero sí uno de los más significativos en términos de impacto inmediato en el tráfico de Nueva York.
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