Juan Fernando Cristo, el nuevo ministro del Interior de Gustavo Petro, pasó, de la noche a la mañana, de ser un opositor de la constituyente del presidente a convertirse en el hombre clave para sacarla adelante. Cristo, con raíces en el samperismo y el santismo, tiene la misión de lograr un acuerdo nacional con los políticos tradicionales para crear una nueva constitución que derogue la de 1991.
Por Semana
Cristo sabe cómo funciona el Congreso. Ser ministro del Interior en el Gobierno de Juan Manuel Santos le dio experiencia suficiente en el manejo de los congresistas y hoy todavía muchos le achacan la repartición de la mermelada en ese Gobierno. El país no olvida que Cristo fue fundamental en la recta final de los acuerdos de La Habana con las Farc y en el fast track puesto en marcha para salvar lo firmado, tras el triunfo del No en el plebiscito. La estrategia santista puede ser un as bajo la manga de Cristo y Petro, sin importar lo que pase en las urnas y con la fachada del acuerdo nacional entre políticos.
Cristo también lidió con el escándalo del Proceso 8.000 por la financiación del narcotráfico a la campaña Samper, que llevó a varias personas a la cárcel, entre ellos a algunos congresistas por sus nexos con el cartel de Cali. A Cristo le tocó la era Samper, la misma del “aquí estoy y aquí me quedo”, y la del “me acabo de enterar”, de Santos, cuando estalló el escándalo de la entrada de dineros de Odebrecht a sus campañas. El nuevo ministro también es cercano a Claudia López, a quien acompañó en su candidatura a la Alcaldía de Bogotá en 2019. Además, tiene muy buenos amigos en la prensa que le podrían servir de caja de resonancia.
Ahora, Cristo se ha reencauchado como la cara visible del “cambio” que propone Petro. Su aterrizaje en el Gobierno está precedido por un crucial encuentro entre el expresidente Santos y el presidente Petro. ¿Qué acordaron? No se sabe, pero lo cierto es que Cristo llega empoderado a ser la punta de lanza del santismo en el Gobierno, donde ya están alfiles de Santos como Roy Barreras, Alfonso Prada, Armando Benedetti, Guillermo Rivera y Luis Gilberto Murillo.
Para leer la nota completa, aquí