La Organización de Estados Americanos (OEA) inauguró este miércoles su 54 Asamblea General en Paraguay, con Bolivia sumida en una nueva crisis tras un intento de sublevación militar y con un llamado a defender la democracia en la región, en particular en países como Haití y Nicaragua.
Horas antes de la ceremonia inaugural en Asunción, la situación en Bolivia irrumpió en la agenda que abordarán entre este jueves y viernes una treintena de delegaciones, y recordó que la región sigue teniendo como reto la preservación de la democracia.
La cumbre de Paraguay, país que es por tercera ocasión anfitrión del encuentro interamericano, tiene como lema ‘Integridad y Seguridad para el Desarrollo de la Región’.
Será la última asamblea en la que el uruguayo Luis Almagro ejerza como titular de la Secretaría General, cargo para el que fue elegido en marzo de 2015, con el apoyo de 33 de los 34 Estados miembros.
Bolivia, protagonista
Mientras se desarrollaba uno de los encuentros previos a la Asamblea, un grupo de militares, fuertemente armados, encabezados por el ya destituido y detenido comandante general del Ejército boliviano Juan José Zuñiga, lanzó la tarde de este miércoles un tanque contra la puerta de la sede del Ejecutivo en La Paz.
Tras horas apostados, los militares insubordinados se replegaron luego de que el presidente boliviano, Luis Arce, cambiase a todo el alto mando militar del país.
“Los golpes de Estado, que han significado torturas, desapariciones forzadas, ejecuciones y asesinatos, no deben tener nunca más lugar en las Américas. Debemos ser capaces de darle a nuestras democracias las mejores instituciones, las mejores soluciones a la gente. No hay lugar para esto”, dijo Almagro en su discurso inaugural.
El otro anfitrión de la cita, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, calificó de “intolerable e inadmisible” la sublevación militar en Bolivia y mostró su apoyo “al Gobierno legítimo del compañero Luis Arce”.
Además de Bolivia, el foro interamericano espera abordar la delicada situación en Haití y Nicaragua y reflexionar sobre el impacto del crimen trasnacional, la delincuencia y el narcotráfico.
“Muy por al contrario de lo que muchos piensan, la forma de luchar contra este flagelo no es el autoritarismo, sino con la democracia. Somos grandes cuando respondemos al mal con el bien”, agregó Peña.
Más de una veintena de cancilleres de la región son esperados en Paraguay para participar en las plenarias que arrancarán el jueves y en las que se someterán a votación 20 resoluciones y tres declaraciones y se elegirán los integrantes de distintos organismos del sistema, entre ellos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
El propio Almagro reconoció el martes, a escasas horas de la apertura del cónclave, que podrían darse “grandes dificultades” para llegar a acuerdos en la Asamblea General, después de que el embajador de EE.UU. ante la OEA, Frank Mora, confirmó que Argentina pidió cambios en las resoluciones.
“La gran ventaja que tiene la OEA es la pluralidad y la diversidad”, afirmó el secretario general, que también describió a la región como “plural y diversa”.
En una nota, con fecha 25 de junio, la Misión Permanente de Argentina comunicó que levantaba los condicionamientos “ad referéndum” (sujetos a consideración) que planteó en siete proyectos de resolución, incluido Haití, aunque se reservó el derecho de presentar “notas al pie” de página de los proyectos.
Esta asamblea supone también el pistoletazo de salida para la carrera por la Secretaría General del organismo para el periodo 2025-2030, cargo que será elegido el próximo marzo.
En su discurso inaugural, el mandatario paraguayo anunció la postulación del canciller Rubén Ramírez, “como una muestra inconfundible del compromiso” de su país con el sistema multilateral, y dijo que, de ser electo, el titular de Exteriores sabrá conducir a la organización “para que sea un verdadero actor principal en el concierto de las naciones”. EFE