La orden ejecutiva emitida por la Administración Biden la semana pasada, que suspende la entrada a Estados Unidos de los inmigrantes que crucen ilegalmente la frontera sur, ha disparado las deportaciones y en consecuencia los vuelos de repatriación. En el documento publicado por la Casa Blanca se lee que el Departamento de Seguridad Nacional habría deportado este año a 750.000 migrantes, la cifra más alta registrada durante un año fiscal desde 2010, pero se desconocen cuántas deportaciones se han producido desde la entrada en vigor de las nuevas medidas.
Por El País
El boicot de los republicanos en el Senado al proyecto de ley que estimaba el gasto de 14.000 millones de dólares en materia migratoria ha puesto al Gobierno de Biden frente a la escasez de recursos tanto económicos como logísticos para atender la crisis en la frontera. Además, el decreto presidencial carece de un reglamento para su ejecución. Esta situación ocasiona que algunos migrantes tengan más posibilidades de ser deportados que otros, como quedó en evidencia con el memorándum enviado a agentes fronterizos de San Diego (California) a quienes se les instó a liberar o arrestar inmigrantes según su nacionalidad.
Las nacionalidades con más probabilidad de deportación
La orden puntual para migrantes de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela, que son naciones con la opción de ingresar a Estados Unidos de forma legal a través del parole humanitario, es deportación inmediata o retiro voluntario, una opción que les permite salir de Estados Unidos sin el estatus de deportado. Este también es el caso de El Salvador, Honduras, Guatemala y México.
Los vuelos de repatriación a Centroamérica son habituales así como el traslado de inmigrantes mexicanos hasta la frontera.
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