El jurado del proceso contra Hunter Biden por la supuesta posesión ilegal de un arma escuchó este martes crudos relatos sobre el historial de adicción a las drogas del hijo del presidente de Estados Unidos, en el primer día de los argumentos iniciales de su juicio.
Hunter Biden, de 54 años, hijo del presidente Joe Biden, está acusado de mentir sobre su consumo de drogas para comprar un arma de fuego en 2018. Es el primer proceso penal contra un hijo de un presidente estadounidense y ocurre en medio de la campaña en la que Joe Biden busca la reelección.
Además de declarar falsamente que no estaba consumiendo drogas al llenar documentos para comprar el arma, también se le imputa el delito de tenencia ilegal de arma de fuego, durante 11 días tras la compra.
“Nadie está por encima de la ley, no importa quién seas ni cuál sea tu nombre”, dijo el fiscal Derek Hines en su declaración de apertura en el tribunal federal de Wilmington, Delaware.
“Robert H. Biden eligió comprar ilegalmente un arma de fuego” cuando “era un usuario de crack y un drogadicto”, agregó Hines, mientras era exhibida una imagen del revolver Colt Cobra calibre .38 en cuestión.
El fiscal reprodujo fragmentos de las memorias de Hunter Biden “Beautiful Things”, grabados por él mismo, en los que recuerda momentos de su adicción en los que buscaba desesperadamente crack.
“Cocinaba (el crack) y fumaba. Cocinaba y fumaba”, afirma el fragmento reproducido en la corte, extraído del audiolibro.
La primera dama, Jill Biden, presente en el tribunal, mantuvo una expresión seria mientras se escuchaban las grabaciones.
El abogado de Hunter Biden dijo que su cliente “no estaba usando drogas cuando compró el arma” y que “nunca estuvo cargada, nunca la transportó y nunca la usó” en los 11 días que la tuvo consigo.
Hunter, abogado formado en Yale y lobista convertido en artista, declara estar sobrio desde 2019 y se declaró inocente en octubre pasado.
“Orgulloso”, dice su padre
El proceso se inició el lunes con la selección del jurado de 12 miembros y se espera que dure entre una o dos semanas.
Si es declarado culpable, Hunter Biden se enfrenta a una pena de hasta 25 años de prisión, aunque se espera una pena más leve, incluso sin cárcel, por no tener antecedentes penales.
El presidente no compareció a la audiencia, pero dijo que él y su esposa están “orgullosos” de Hunter.
“Como presidente, no puedo ni voy a comentar sobre procesos judiciales en curso, pero como padre tengo un amor infinito por mi hijo, confianza en él y respeto por su fortaleza”, afirmó Biden en un comunicado.
Según el presidente, muchos pueden identificarse con la batalla de su hijo contra la adicción.
“La resiliencia frente a la adversidad y la fuerza que le ha puesto a su recuperación nos inspiran. Muchas familias tienen seres queridos que han superado adicciones y saben a lo que nos referimos”, afirmó Biden el lunes.
Impacto político
Junto con otros cargos que Hunter Biden enfrenta en California por evasión de impuestos, este juicio dificulta los intentos de los demócratas de centrar toda la atención en Donald Trump, el rival republicano que acaba de ser condenado penalmente por falsificación de documentos y que tiene pendientes otros procesos judiciales.
El hijo del presidente ha estado durante mucho tiempo en la mira de los republicanos, que impulsaron una exhaustiva investigación dentro del Congreso señalándolo de corrupción y tráfico de influencias, aunque nunca se presentaron cargos en su contra por eso.
Sus negocios en China y Ucrania también sirvieron de base para que los republicanos intentaran abrir procesos de juicio político para destituir a su padre, pero los esfuerzos no prosperaron.
Además del impacto político, los problemas judiciales de Hunter han reabierto viejas heridas familiares, derivadas de sus problemas con las drogas y de otras situaciones previas.
Su hermano Beau murió de cáncer en 2015 y su hermana Naomi murió cuando era niña en un accidente de automóvil en 1972 que también se cobró la vida de Neilia, primera esposa del presidente y madre de los tres.
AFP