Guerra en Cauca: en las escuelas los niños aprenden qué hacer cuando hay ataques con explosivos

Guerra en Cauca: en las escuelas los niños aprenden qué hacer cuando hay ataques con explosivos

Corinto, Cauca, Colombia. Fachadas con amenazas de las disidencias de las Farc. Mayo de 2024.
FOTO: Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO

 

Cúbranse el corazón con las manos cruzadas, pónganse en posición fetal y hagan presión con sus piernas para proteger su estómago, su hígado. Vamos a estar bien. Sus familias están bien si acá lo estamos. Vamos a pensar que estamos en un ambiente tranquilo. Escuchen mi voz —les dice una profesora a sus estudiantes en la Institución Educativa José María Obando de Corinto, Cauca, mientras está en el piso en un salón de clases guiando un simulacro en caso de algún hostigamiento o ataque armado.

El aula está en un segundo nivel. Las cubiertas de metal improvisadas sobre los espacios de las ventanas tienen vestigios de impactos de bala. En una pared de ladrillo cercana de la entrada contaron 144 huecos. —Estamos a menos de 50 metros de la estación de Policía y somos como sus escudos —sigue la docente.





Hay luto. La semana pasada fue asesinado uno de sus estudiantes: Yhan Esteban Villafañe, de 10 años. Mientras iba desde su casa en Miranda hacia su colegio en un mototaxi con su mamá, Emma Mercedes, de 47 años, fue detonada una carga explosiva que había sido abandonada entre el puente Guengue y el riachuelo Las Cañas. Él murió al instante. Ella se encuentra herida de gravedad. “Era un niño que nos acompañó a pedir por la paz. Es un golpe duro. Nuestros niños no deberían estar en la guerra”, cuenta uno de los profesores que le dictaba clase.

Corinto es un pueblo de no más de veinte calles, caluroso y con los colores de las casas empalidecidos. Todos saben quién lo controla. En varias paredes hay grafitis con una amenaza: “Vidrios abajo o plomo”. Y en otras está la firma de quienes la hacen, “Frente Jaime Martínez, Farc-Ep”. Es un mensaje que se repite en la mayoría de municipios del departamento.