En medio de una economía deprimida están sobreviviendo los comerciantes de la ciudad de Maturín, no solo por la situación actual del país, sino por la cantidad de impuestos que viene aplicando la alcaldía chavista a través de la Superintendencia Municipal de Administración Tributaria (Suptrima).
Por: Corresponsalía lapatilla.1eye.us
La asesora tributaria y contadora pública, Maglorys Alcalá, señaló que con la nueva Ley de Armonización, la alcaldía ha decidido que las empresas paguen impuesto “casi que por cada producto”. Explica que los comerciantes han tenido que diversificar sus negocios, es decir, no solo limitarse a vender un solo rubro, sino varios para poder mantenerse en pie.
“Si en un supermercado se encuentra la perrarina, ellos (Suptrima) quieren que las empresas paguen un impuesto por la perrarina. Si en un supermercado tú tienes los cosméticos, te quieren tratar como que tú fueras una distribuidora de cosméticos. Lo mismo ocurre si vendes artículos ferreteros, hortalizas, juguetes, papelería, electrodomésticos, entre otros”, explica Alcalá.
Expuso como ejemplo que cuando un negocio vende no solo artículos de primera necesidad, sino otros como ventiladores, el comerciante debe pagar un impuesto equivalente a casi 40 dólares, duplicando así el valor del producto. Ante esta situación, los empresarios dejan de venderlos porque además quedan sin ninguna ganancia.
“Cuando esto ocurre estás limitando los ingresos, aplicando unos impuestos que están por encima de las ganancias que puede dejar un producto determinado. ¿Quién realmente resulta afectado? No solamente se afecta el empresariado, sino también se afecta al municipio”, expresa la asesora tributaria.
Añadió que otra situación que viene ocurriendo en la entidad es que el gobierno no acepta que una empresa en un periodo determinado obtuvo ventas por un monto específico y al mes siguiente las ventas hayan sido menores.
“Según el análisis que tienen de los expertos que los asesoran, las ventas tienen que ir aumentando mensualmente, es decir, no puede haber variación a la baja. Este ha sido un año completamente atípico, después de la Semana Santa las ventas se vinieron abajo”, precisa la contadora pública.
Mientras tanto, en diferentes partes del centro de Maturín se observan cada vez más locales cerrados, panorama que se acentúa más en los diferentes centros comerciales donde se ven establecimientos vacíos.