“Fue un desastre total”. Así se describió el proceso de rodaje de Red One, el próximo filme de acción protagonizado por Ryan Reynolds y Dwayne Johnson. Inicialmente previsto para estrenarse en la temporada navideña de 2023, la huelga de SAG-AFTRA y otros problemas en la rodaje terminaron por posponer la fecha de lanzamiento hasta noviembre de 2024.
Fiorella Ramírez
Sin embargo, un reciente artículo de The Wrap apuntaría a que los “hábitos extraños” de La Roca serían los mayores responsables de que el largometraje sufriera grandes retrasos y terminara con un presupuesto final de USD 250 millones de dólares.
Según tres fuentes que testificaron para el medio, a la estrella de Black Adam “le importaba un carajo” las grabaciones y tenía la extraña costumbre de llegar tarde al set, por lo que el equipo tenía que esperar incluso hasta ocho horas en algunos días. Aparentemente, su conducta obligó al proyecto a retrasar su cronograma en varias ocasiones, lo que no solo habría molestado a sus compañeros sino que también habrían incrementado significativamente los costos en al menos USD 50 millones de dólares, según las estimaciones.
Los informantes también revelaron otro detalle particularmente intrigante sobre el comportamiento de Johnson: “En el set, fuera de su autocaravana, orina en una botella de agua Voss y su equipo o un asistente personal tiene que deshacerse de ella”, comentó uno de ellos.
La nueva película es una secuela directa de Alerta roja, producción que, según reportes de TMZ, también padeció de los mismos retrasos. En aquel momento, la situación se volvió caótica y escaló hasta el punto en que Reynolds confrontó a Johnson por sus tardanzas y tuvieron “una gran pelea” que solo resultó con este último saliendo furioso del set, y marcando un punto de quiebre en su relación laboral.
Las fuentes agregaron que ambos actores “no hablaron durante años” después del incidente, y limitaron su interacción exclusivamente a lo profesional durante las promociones del título.
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