Molesto por sus problemas judiciales, el expresidente estadounidense Donald Trump celebra este sábado un mitin en Carolina del Norte, su primer gran acto de campaña desde el inicio de su juicio en Nueva York.
El multimillonario republicano hablará en Wilmington, población de este estado fuertemente disputado con su rival demócrata, Joe Biden, para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
El hombre que espera lograr un retorno triunfal a la Casa Blanca es juzgado en Nueva York por los pagos disimulados a la actriz porno Stormy Daniels para supuestamente comprar su silencio sobre una relación extramatrimonial días antes de las elecciones de 2016, que ganó contra la demócrata Hillary Clinton.
Trump, que denuncia una “cacería de brujas”, ha protestado varias veces por el hecho de que el juicio no le deja libertad de maniobra.
“Debería estar ahora en Pensilvania y Florida, y en muchos otros estados, en Carolina del Norte, en Georgia, en campaña”, dijo con indignación esta semana.
El sábado por la mañana, varias horas antes del encuentro, sus seguidores en Wilmington ya habían comenzado a reunirse, armados con heladeras y sombreros bajo el sol abrasador de Carolina del Norte.
Para Stephen Prater, camionero de 29 años, es evidente: el proceso contra su candidato se debe “en gran medida a la izquierda que intenta hacer todo lo posible para impedirle volver a ser presidente”.
Grace Miller, de 58 años, piensa lo mismo. Es un juicio “político”, asegura.
“Bien ocupado”
El viernes Trump volvió a atacar al juez de su proceso en Nueva York, histórico por ser el primer juicio penal contra un expresidente estadounidense.
“Se trata de una injerencia electoral a un nivel jamás visto antes en Estados Unidos”, dijo en su plataforma Truth Social.
“Si no se concede inmunidad a un presidente, todo presidente que deje el cargo será inmediatamente acusado por el partido contrario”, reclamó.
Si bien ningún candidato demócrata a la presidencia ha ganado en Carolina del Norte desde Barack Obama en 2008, Biden quiere creer que tiene oportunidades en ese estado.
Pues aunque Trump lo ganó dos veces, en 2016 y en 2020, Biden perdió por poco en la última elección.
El demócrata trata de sacar provecho de los problemas legales de su rival, arrinconado en un tribunal varios días a la semana, y trabaja el terreno.
Estuvo el martes en su natal Scranton, en Pensilvania, también muy disputado y crucial para los comicios de noviembre.
Aunque hace tiempo evita comentar los problemas de Trump, Biden le lanzó una flecha esta semana afirmando que estaría “bien ocupado en este momento”.
La Casa Blanca aseguró que Biden no sigue las novedades del proceso, al afirmar que el mandatario “se enfoca en los estadounidenses”.
El juicio coincide con un avance de Biden en las encuestas desde que dio su discurso del Estado de la Unión en marzo. Ahora los dos candidatos están codo a codo.
Pero Trump y sus partidarios esperan sacar partido de la atención mediática alrededor de su juicio penal, contando con el hecho de que éste le ofrece una tribuna de excepción para hacer campaña.
AFP