Especializado en el oficio de prestanombres como secuaz de Tareck El Aissami, con quien fue arrestado esta semana, el empresario ofreció en 2010 una asistencia similar a otro amigo en aprietos, Rafael Reiter. Según revelan documentos recientes de la fiscalía lusa, López Bello se prestó a abrir una empresa a su nombre en Panamá con el único fin de canalizar sobornos del Banco Espirito Santo de Portugal para el entonces gerente de seguridad de Pdvsa y mano derecha de Rafael Ramírez.
Por Valentina Lares / Armando Info
A un amigo no se le niega un favor. Pero sin perder de vista que hay favores y amigos que te pueden llevar a la cárcel.
Algo así pasó en la amistad declarada, acaso sincera, entre Samark José López Bello, de 49 años de edad, y Rafael Ernesto Reiter Muñoz, de 45.
Reiter, Gerente Corporativo de Prevención y Control de Pérdidas de la petrolera estatal venezolana, Pdvsa, durante la gestión roja-rojita de Rafael Ramírez entre 2004 y 2014, hoy pasa sus días en España, donde ha sido detenido dos veces, en 2017 y 2023. Se mantiene a disposición de las autoridades españolas mientras aguarda el desenlace de las peticiones que por su extradición han formulado las justicias de Estados Unidos y Venezuela.
López, un contratista muy favorecido por el Estado chavista, fue arrestado esta semana en Venezuela como presunto partícipe del caso de corrupción conocido como Pdvsa-Cripto. En la misma operación policial fueron capturados el exgobernador del estado Aragua, exministro de Petróleo y exvicepresidente de la República, Tareck El Aissami, así como Simón Zerpa, exministro de Finanzas y exvicepresidente de Finanzas de Pdvsa, entre otros cargos. Todos fueron imputados por “traición a la patria, apropiación o distracción del patrimonio público, alardeamiento o valimiento, legitimación de capitales y asociación para delinquir” y presentados este jueves ante el Tribunal Segundo de Control contra el Terrorismo, que decidió imponerles medidas de privación de libertad.
Asociado a El Aissami siempre como testaferro, proxy o cómplice según los señalamientos de distinto tenor que se le han hecho, Samark López no es ajeno ni a los tribunales ni a las sanciones internacionales. Se le busca por actividades de narcotráfico en Estados Unidos. También en cortes de este país tuvo la ambición de cuestionar las sanciones y cargos en su contra. Argumentó que no cumplía con los supuestos para ser penalizado bajo la llamada Ley de Cabecillas de 1999 (o Foreign Narcotics Kingpin Designation Act, en inglés), así como desafió una autorización judicial que se libró en Florida para confiscar sus bienes en territorio estadounidense, como parte de la compensación establecida para tres ciudadanos que fueron secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) de Colombia. No tuvo éxito. En uno de los fallos de esos casos, el titular del Tribunal Federal del Distrito Sur de Nueva York, Alvin K. Hellerstein, relataba que López Bello “inscribió a sus hijos en escuelas de Estados Unidos, tuvo propiedades en Estados Unidos, y vivió una vida suntuosa aquí”. A su manera y escala, Samark López se convirtió en una celebridad del sistema de justicia de Estados Unidos.
Pero entre tanto, con un más bajo perfil público, las autoridades de Portugal también le investigaban. López aparece en el amplio reparto de personajes del caso por los sobornos que la alta gerencia del desaparecido Banco Espirito Santo (BES) pagó a funcionarios venezolanos, por el que la Fiscalía portuguesa presentó cargos a finales del año pasado. En los expedientes del caso, que el diario Expresso de Lisboa obtuvo y compartió con Armando.info para su consulta, los fiscales describen a Samark López, citando a su vez un documento interno (conocido como KYC o Know your client, en el inglés del léxico bancario) de verificación y cumplimiento del propio BES, como “un consultor en las industrias de petróleo, electricidad y construcción” en Venezuela.
Lo curioso es que en esta causa aparece como un personaje menor, de segunda línea, entre algunos prestanombres y facilitadores desconocidos. Y eso porque en la trama solo le hacía una gentileza a un amigo: se dejó identificar como beneficiario de una empresa que solo servía como canal para que el BES pagara coimas a un compinche. El compinche era Rafael Reiter, Rafa.
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