Durante los últimos años, el deterioro del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) ha alcanzado niveles críticos, evidenciándose en una creciente frecuencia de apagones que afecta a gran parte del país, exceptuando a la “burbuja” Caracas y el estado Bolívar, donde se ubica la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, también llamada Represa del Guri.
Por Rosimar Sánchez, Marianny Castellanos y Ana Guaita / Corresponsalía lapatilla.1eye.us
Este drama que atraviesan a diario los venezolanos, ha generado un profundo impacto negativo en la cotidianidad de la gente, especialmente de quienes viven en la región central, donde los ciudadanos de los estados Aragua, Carabobo y La Guaira, deben sortear cortes de luz que pueden extenderse por varias horas.
La lotería diaria va desde tres hasta seis horas o más, adicional a las fluctuaciones eléctricas que van y vienen como olas en el mar. Para comprender mejor la magnitud de esta crisis, el equipo de lapatilla.1eye.us conversó con un trabajador activo de Corpoelec, quien prefirió mantener su identidad reservada por motivos de seguridad.
Según este informante, la falta de mantenimiento y la obsolescencia de las infraestructuras eléctricas son factores determinantes en la crisis actual. Señaló que el patio de 765 MW en Guri, el cual cuenta con tres transformadores, sufrió daños en el año 2019 y aún no han sido reparados.
Además, mencionó que el sistema eléctrico debe funcionar de manera integral, lo que implica que no basta con tener transformadores en buen estado, sino también líneas de transmisión adecuadas, algo que actualmente no se cumple.
Asimismo, explicó que ante la falta de inversión y mantenimiento, se implementó un sistema de racionamiento de energía conocido como Plan de Administración de Carga (PAC). Sin embargo, este plan no ha logrado resolver la crisis, lo que ha llevado a cortes de energía prolongados que afectan a gran parte de la población.
“En el verano siempre se agudiza la crisis eléctrica, primero, porque bajan los niveles de agua del Guri; y segundo, porque no se le hace mantenimiento a los transformadores. Además, la temperatura del aceite de los transformadores se eleva a unos niveles muy altos. Antes se le avisaba a la gente sobre el racionamiento programado. Ahora la crisis es tan grande que mandan a sacar 130 – 140 MW por bloques de energía para desahogar un poco la demanda eléctrica desde el punto de vista de consumo”, indicó.
El experto precisó que en el caso puntual del estado Aragua, al mandar a liberar y sacar 120 MW, significa que más de la mitad de la entidad quedará sin servicio de energía eléctrica. “Claro, eso va de acuerdo a como esté el pico de los transformadores, porque si lo dejan llegar al máximo, se corre el riesgo que se queme un transformador del patio 765 MW y haya un apagón”, reiteró.
Otro de los aspectos más preocupantes es la falta de control en el consumo de energía, especialmente en el alumbrado público, que permanece encendido las 24 horas del día en muchos lugares de Aragua y otros estados, lo que genera un consumo excesivo de energía y acorta la vida útil de los equipos.
Hablan los afectados por la crisis
Maracay, conocida como la “Ciudad Jardín” de Venezuela, se ha convertido en escenario de angustia para sus habitantes, debido a la crisis eléctrica que azota a la región. Mariela López, residente de una populosa zona de esta ciudad, ha experimentado en carne propia el desafortunado resultado de los cortes de luz y los “bajones” eléctricos: la pérdida de dos neveras en menos de 12 meses.
“Es desesperante vivir así, con miedo constante a que se vaya la luz y se queme un electrodoméstico. La primera vez que se me quemó la nevera fue un golpe muy duro, pero pensé que era por los años que ya tenía la nevera. Ahora, en menos de un año se me volvió a quemar la nevera. Lo cuento y ni yo me lo creo, parece una novela”, dijo.
Las fluctuaciones eléctricas son una realidad cotidiana en Maracay y otras ciudades de Venezuela, causando estragos en los electrodomésticos de los ciudadanos. “A Dios gracias no perdí la comida porque los vecinos me ayudan, y uno me guarda el pollo, el otro me da agua fría con hielo y así me han ido ayudando. Pero el dinero que gasté en técnicos y reparaciones para terminar comprando una nueva y que también se haya dañado, ¿quién me lo paga? Los venezolanos estamos siendo víctimas de un sistema en el que nadie se hace responsable”, expresó Mariela, quien es tan solo una de los millones de venezolanos que enfrentan la misma situación.
Se repite la historia en Carabobo
Los continuos cortes eléctricos en la región carabobeña merman la calidad de vida de los ciudadanos que a diario sienten angustia por no saber en qué momento del día estarán sin servicio eléctrico y por cuánto tiempo se prolongará.
Dora Romero, habitante en el municipio Naguanagua, comentó que tras las fallas eléctricas y las fluctuaciones de voltaje, se le dañó su lavadora y teme que la nevera tenga el mismo destino. “Ahorita no hay protector que valga. Yo lavaba en las tardes, pero últimamente, de tres días a la semana que lavaba, se iba la luz dos días y justo cuando ya la lavadora había arrancado. Entonces, decidí lavar un día en la mañana para probar, hubo un bajón y mi lavadora no prendió más. Ahora, ¿quién me paga a mí el arreglo?”, lamentó Romero.
Según resultados de la Consulta de Percepción Ciudadana sobre Servicios Públicos, realizada en Valencia por el proyecto La Gente Propone, la duración de los cortes eléctricos puede ir desde cuatro hasta 12 horas al día. En el mes de marzo, se aplicaron 107 encuestas en todas las parroquias de Valencia, y el 100 % de los encuestados manifestó sentirse insatisfecho por el servicio eléctrico.
El coordinador de la Comisión de Energía Eléctrica del Centro de Ingenieros del estado Carabobo, Isnaldo Jiménez, informó que en la entidad se necesitan aproximadamente 900 megavatios para cubrir la demanda de energía eléctrica en los 14 municipios.
Sin embargo, de las seis termoeléctricas que existen en la entidad, afirmó que la Central Termoeléctrica Pedro Camejo, estaría operativa y aporta alrededor de 100 megavatios. El resto de la carga proviene del sistema interconectado de la hidroeléctrica El Guri, en el estado Bolívar.
“Si aquí hay una demanda de 900 megavatios y solamente me llegan 800 del Guri, tengo que racionar 100. De esos 100 megavatios tengo que racionar entre los circuitos o subestaciones”, dijo.
Puntualizó que el área de distribución también presenta deficiencias. “Cuando tú le vas metiendo carga a un sistema que ya tiene mucho tiempo trabajando, todos los elementos constitutivos van perdiendo fuerza: conductor, aisladores, corta corrientes, seccionadores de línea, fusible, todo se va desmembrando si no hay un mantenimiento efectivo. Todos los alimentadores tienen todo este tipo de elementos funcionando desde hace 60 años”, explicó.
Y La Guaira no se salva
Un trabajador de Corpoelec, quien prefirió mantenerse en anonimato por temor a represalias, le explicó a nuestro equipo de Corresponsalía del estadio Vargas, que las altas temperaturas que se están experimentando en el país “están teniendo un impacto significativo en el consumo eléctrico, especialmente por el uso intensivo de equipos climatizadores, como aires acondicionados y ventiladores”.
Según detalló, esta mayor demanda de energía pone a prueba la capacidad del sistema eléctrico. Y es precisamente por eso que en las distintas parroquias del estado Vargas, los cortes programados son “el pan de cada día”, pues la sobrecarga energética amenaza con dejar sin energía a varios sectores.
El trabajador destacó la importancia de ejecutar las labores adecuadas de mantenimiento en las torres de transmisión para evitar que la maleza crezca descontroladamente y provoque incendios, lo cual podría ocasionar daños en las estructuras y afectar la distribución de energía en diferentes regiones del país.