La revelación de un extracto del testimonio del testigo protegido en la investigación del magnicidio del ex candidato presidencial de Ecuador Fernando Villavicencio, sigue mostrando importantes detalles de los implicados y sus vínculos con otros crímenes.
Yalilé Loaiza
El asesinato de Villavicencio tenía recompensas significativas para sus ejecutores y tenía la colaboración delictiva de varios individuos de rango medio dentro de la organización narcocriminal Los Lobos.
El nombre de Darío Suárez Bedón, alias Chino, ha sido señalado como una de las figuras principales en la planificación del asesinato. Alias Chino ya fue condenado por el homicidio del abogado Harrison Salcedo en abril de 2021. Salcedo era reconocido por representar a importantes figuras del mundo criminal en Ecuador.
Harrison Salcedo murió a causa de múltiples disparos mientras conducía su vehículo por la calle República en dirección a la Avenida 6 de diciembre, en el centro Norte de Quito, en 2021. Los disparos fueron realizados desde otro automóvil y provocaron heridas mortales en Salcedo. Lo que resultó en que su camioneta negra chocara contra un negocio cercano a la Unidad Judicial de Tránsito.
Salcedo defendió a Jorge Glas en el caso Sobornos 2012-2016, donde fue sentenciado junto a Rafael Correa y otros funcionarios públicos y empresarios. El abogado también defendió los intereses de José Luis Zambrano, alias Rasquiña, quien se consideraba el líder de los Choneros. A finales de 2020, alias Rasquiña fue asesinado mientras disfrutaba del beneficio de libertad condicional, logrado gracias al trabajo legal de Salcedo, quien consiguió reducir su sentencia por un caso de homicidio.
A pesar de estar presos, alias Chino y alias Invisible participaron en la planificación del asesinato a través de videoconferencias desde la cárcel: “En la tarde esta persona se contactó conmigo y mi pareja, Laura, que van a entrar otras personas que son más atrevidas y que son enviadas por El Chino, quien está en Latacunga, quería llevarse el mérito de esta muerte El Chino. Me dijo que tenía que hacerlo yo, lo dudé, que sí, estoy de acuerdo. No nos quisieron decir cuánto costó y qué persona. Enseñaron la fotografía y luego la borraron ya que se encontraban en videollamada”, dijo el testigo, según leyó la fiscal Ana Hidalgo, quien lidera el caso del magnicidio.
Más detalles en INFOBAE