Cuando la policía arrestó a Samuel Little, en 2012, se lo buscaba por delitos relacionados con las drogas. Sin embargo, poco después, su macabro historial de crímenes empezó a salir a la luz hasta dejar al descubierto que se trataba del mayor asesino serial de la historia norteamericana.
Por TN
El sujeto que los uniformados habían encontrado en un refugio para indigentes de Kentucky era nada menos que el criminal más sangriento de los EE.UU., responsable de 93 homicidios cometidos en casi la mitad de los Estados de Norteamérica.
Little, un ex boxeador de raza negra y 1,90 de altura y con actitudes violentas desde pequeño, eligió meticulosamente a sus víctimas: en su mayoría fueron prostitutas por las que nadie haría denuncias de desaparición. En su lista de víctimas fatales también hay algunos drogadictos.
Cuando la policía de Los Ángeles, ciudad a la que fue llevado porque era allí donde enfrentaba cargos por drogas, comparó su ADN en la base de datos, comprendió que estaba vinculado con los asesinatos de tres mujeres ocurridos en el Estado de California entre 1987 y 1989. Las víctimas habían sido estranguladas y sus cuerpos arrojados a un callejón, a un garaje y a un vertedero.
El criminal quedó arrestado hasta que se realizó el juicio, en el que se declaró inocente y recibió tres condenas a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Cuando supo que no tendría ninguna chance de salir de la cárcel, Little empezó a confesar otros homicidios. En total, asumió haber matado a 93 personas, aunque hasta el momento pudo comprobarse su participación en 50. “Su relato y nivel de detalles permite inferir que está diciendo la verdad, pero aún no tenemos la certeza de que fue el asesino en los otros 43 casos”, dicen los investigadores.
El asesino murió en un hospital de Los Ángeles el 30 de diciembre de 2020, a los 80 años, víctima de diabetes y una enfermedad cardíaca.
Nacido el 7 de junio de 1940 en Reynolds, Georgia, Samuel es el asesino serial más prolífico de la historia de los Estados Unidos, aún tomando la cifra más baja de sus crímenes, es decir los 50 que fueron comprobados. Gary Ridgway, “el homicida de Green River”, y “el asesino del Zodíaco” tenían el triste récord anterior, con 49 víctimas.
El modus operandi de Little era abusar de las prostitutas a las que hacía subir en su auto. Luego de tener sexo con ellas les daba un puñetazo en la cara para dormirlas y terminaba estrangulándolas. Nunca usaba armas, de modo que en la mayoría de los casos se presumió que eran muertes naturales y no se investigaba más. “Por eso elegía prostitutas o drogadictos”, dijo el detective Michael Mongeluzzo, del condado de Marion, Florida, escenario de uno de los tantos crímenes de Samuel. También apuntó que el asesino recordaba con claridad y precisión nombres y caras de sus víctimas.
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