Con la mitad de su cuerpo completamente inmóvil en una silla de ruedas y entre lágrimas por la frustración que le genera no poder regresar el tiempo, Marcelo Medina, un tachirense de 39 años, clama justicia al fiscal Tarek William Saab, pues la noche del 16 de octubre de 2023, cuando regresaba de su trabajo con una vecina a bordo de una moto, desde San Cristóbal hacia Vega de Aza – Torondoy, en la Troncal 5 del estado Táchira, fue impactado por una camioneta que era conducida, al parecer, por un hombre bajo los efectos del alcohol.
Luz Dary Depablos / Corresponsalía lapatilla.1eye.us
El hecho se registró en el sector El Cucharo, municipio Torbes, en la vía al llano que comunica a Táchira con el estado Barinas, donde presuntamente el conductor de una camioneta tipo Bronco, “conducía ebrio, con las luces apagadas, haciendo movimientos en zigzag” sobre los dos canales de la vía y pese a haber transitado por la alcabala que se encuentra en esa zona, ningún funcionario lo detuvo para evitar este lamentable accidente.
Desde ese momento, Marcelo pasó tres meses en el Hospital Central de San Cristóbal, donde fue sometido a dos cirugías de alto riesgo, tanto así que en la segunda intervención casi pierde la vida. Una cirugía de pelvis, que duró cinco horas y media; otra de mayor complejidad y riesgo, que duró más de nueve horas. Su mano izquierda se partió en dos, por lo que también requiere de una reconstrucción por parte de un especialista en manos.
Hasta ahora han gastado más de cinco mil dólares que han sido cubiertos con el apoyo de familiares, vecinos, amigos y con rifas, ya que su esposa tampoco puede trabajar, debido a que ahora debe cuidarlo, lo que a ella también le ha generado un problema de salud en la columna, por tener que cargarlo constantemente.
Marcelo también es padre de unos morochos de ocho añitos, quienes tuvieron que abandonar la escuela porque no tienen ni para pagar el pasaje y asistir a la escuela. Lamentablemente, él era el proveedor de su hogar.
“A ellos, niños de ocho años, les ha tocado hacer un papel como si fuesen niños de 15 años. Ir a fiar, ir a ver si les regalan algo para comer”, dijo Marcelo, señalándolos con un nudo en la garganta.
Clama justicia
“A Tarek William Saab, fiscal general, no le pido que me venga a traer plata o mercado, no. Solo quiero que se haga justicia, que se abra ese expediente, que funcione la institución como debe funcionar, que juzguen al culpable como debe ser”, enfatizó Marcelo.
Igualmente, pide a las autoridades que reparen la vialidad de su comunidad. Asegura que es muy doloroso salir desde su hogar para cumplir con las terapias tres veces a la semana, las cuales muchas veces se ha visto obligado a suspender, porque no puede salir en la silla de ruedas.
Los movimientos bruscos que sufre cuando se traslada en cualquier vehículo, debido al pésimo estado de la carretera, a pesar de estar a unos 200 metros del peaje Cipriano Castro, es otra incomodidad que padece cuando va a terapias. A lo que se suma el gasto que representa trasladarse, recursos que cada vez se le hace más difícil conseguir.
Pese a la circunstancia que enfrenta, en el peaje donde conocen de su caso, asegura que no han tenido humanidad. El pasado mes de enero, cuando hubo la Vuelta al Táchira en Bicicleta, lo hicieron esperar tres hotas, tiempo que se hizo eterno por el fuerte dolor que sintió en la cadera por no poder estar más de una hora en la misma posición. “No hubo consideración”.
Sin compasión
Yudith Bolaño manifestó que el conductor que le causó daño a su esposo “estuvo privado de libertad solo dos días”, pero la moto de la víctima paradójicamente sigue retenida, ya que “se requiere de un dictamen de la Fiscalía, y ahora seguro también hay que pagar dinero para repararla y poderla sacar a pesar de haber sido el afectado”.
“Hemos ido al Ministerio Público, tribunales, Fiscalía, y no ha habido respuesta”. El caso, al parecer, habría sido asignado a un juzgado que no tiene juez. Hace pocos días, Yudith intentó acercársele a la jueza que lleva el caso a quien abordó en un café, sin lograr una respuesta. No entienden cómo el presunto culpable ha salido ileso de este hecho y la justicia ausente.
Según se pudo conocer, este caso estaría engavetado por estar “suspendido”, acotó la esposa de Marcelo, quien suplica a Tarek William Saab que se investigue dónde está el culpable, porque se especula que el conductor se habría ido del país, estando bajo custodia del Estado.
Esperan que el fiscal Saab ayude a abrir el expediente para que los responsables, incluyendo quienes llevan el caso, den una respuesta al pago de los gastos que cada día resultan más cuesta arriba a esta familia, ya que quienes los han apoyado durante estos cinco meses también agotaron sus aportes.
“Es entendible (que no puedan colaborar más). Al culpable ni siquiera queremos que lo metan preso, solo que nos pague estos gastos, porque aún falta una cirugía costosa, terapias y la alimentación diaria de nuestros niños. Mi esposa y yo, por ahora, no podemos trabajar”, expresó Marcelo.
Esta humilde familia reside en una zona de alto riesgo, ubicada en el sector Vega de Aza – Torondoy, donde en las épocas de lluvia la quebrada La Aza ha llegado a pocos metros de su vivienda, por lo que esperan que las autoridades también canalicen los afluentes que por allí pasan, pues en caso de una emergencia, todos estarían en peligro.
Marcelo, su esposa y sus niños, siguen pidiendo a Dios para que algún día vuelva a caminar y así comenzar desde cero para devolver a sus hijos el tiempo perdido.