Pese a los esfuerzos dedicados a la prevención, la violencia de los hombres sobre las mujeres es un fenómeno que se sigue manifestando con fuerza en las nuevas generaciones. Según datos del Barómetro Juventud y Género 2023, la denominada “violencia de control” es la más frecuente. “Revisar el móvil” de la chica sigue siendo el acto más evidenciado, que identifica el 45% de jóvenes (54% de las mujeres y el 35% de los hombres).
Por larazon.es
Los ataques verbales y la minusvaloración (violencia psicológica) también son reconocidos con frecuencia. “Insultar y humillar”, “hacer sentir miedo”, “decir que la otra persona no vale nada” son acciones presenciadas o conocidas por un 33%, un 29% y un 28%, respectivamente. Las chicas son quienes más las sufren, muy por encima de los varones.
Los ejemplos de violencia sexual, como la insistencia para mantener relaciones sexuales cuando la otra persona no quiere –reconocida por el 27% de jóvenes (37% de las mujeres, 17% de los hombres)– o los casos en los que se difunden sin permiso mensajes, insultos o imágenes –reconocida por el 22% (27% de mujeres, 17% de hombres)– completan la batería de tipos de acciones que perciben las chicas y los chicos como violencia cotidiana en su círculo cercano.
Sin embargo, pese a que la violencia de género en su conjunto es un asunto prioritario para la mayoría de los gobiernos occidentales, existe una marcada escasez de investigaciones científicas sobre el valor predictivo de las señales de alarma como indicadores de un mayor riesgo de maltrato.
Evitar relaciones abusivas
Una reciente, llevada a cabo por la Universidad de Western Ontario, en Canadá, ha identificado distintas señales o «red flags» (banderas rojas, en inglés) que preceden la violencia de pareja,. Según publicaron sus autores en la revista Social Psychological and Personality Science, “podrían utilizarse en intervenciones para ayudar a las personas a evitar las relaciones abusivas”. El estudio también ha demostrado que el número de señales de advertencia que vive una persona, y la frecuencia con la que las vive, predicen el maltrato. Tal y como explicó la autora principal, Nicolyn Charlot, “experimentar una o dos señales de advertencia de vez en cuando puede no ser preocupante, pero experimentar múltiples señales de advertencia repetidamente podría ser motivo de preocupación”.
Los científicos presentaron a 147 participantes una lista de 200 pensamientos, sentimientos y comportamientos abusivos y no abusivos basada en una revisión de la investigación existente. Los participantes indicaron con qué frecuencia se había producido cada elemento desde que empezaron a salir con su pareja. En un segundo estudio con 355 participantes, los investigadores identificaron señales de advertencia que predecían prospectivamente la violencia seis meses después.
El reclutamiento se llevó a cabo entre mayo de 2020 y julio de 2021. La mayoría fueron reclutados por correo electrónico por parte Universidad de Western Ontario (95%), y otros a través de las redes sociales. A los participantes se les dijo que el estudio trataba sobre las primeras vidas amorosas de las personas, que algunas preguntas indagarían sobre el abuso y que se les pediría que recordaran experiencias pasadas.
Los sujetos cumplieron varios criterios de inclusión, como haber estado saliendo con su pareja durante seis meses o menos.
En concreto, siete señales de advertencia surgieron como predictores en ambos estudios lo que, en opinión de los autores, sugiere que son particularmente importantes para identificar relaciones potencialmente abusivas. Además, todas ellas fueron consistentes con las teorías de personalidad de la violencia, que sostienen que los perpetradores suelen tener ciertos rasgos en común.
Las siete “red flags” clave
Fueron las siguientes: la actitud arrogante o autoritaria por parte de pareja, la reacción negativa cuando la pareja decía «no» a algo que la otra persona quería, el que un miembro de la pareja cree una situación incómoda para el otro en público, una mala reacción ante la negativa a tener sexo, el hecho de no tener en cuenta el razonamiento o la lógica de la pareja porque no coincidía con la propia y que la persona que se sintió abusada por un comportamiento lo hiciera manifiesto.
Charlot, destacó que, aunque en la investigación se demostró que estas señales de advertencia predecían la violencia, esto no significa que todas las personas que las perciban vayan a experimentar violencia o que estos indicadores precedan a toda clase de violencia. “La lista de señales de advertencia no es definitiva, solo hemos identificado áreas clave para futuros estudios, incluyendo cómo estas señales pueden diferir en poblaciones marginadas, cómo diferentes señales predicen diferentes tipos de violencia y cómo las personas pueden abordar las señales si aparecen. Obtener una comprensión más profunda de las intersecciones entre estos comportamientos en la pareja iluminaría aún más el valor de los predictores de abuso”. “Esperamos que otros investigadores intenten replicar nuestros resultados en poblaciones diferentes y, con el tiempo, integrar señales de advertencia sólidas en los programas de prevención de la violencia”, comentó la investigadora.
Finalmente, la frecuencia de abuso en ambos estudios fue relativamente baja, lo que sugiere que estas señales de advertencia pueden ser más indicativas de violencia de pareja situacional (VSC), que es menos grave, frecuente y controladora, a diferencia de la violencia controladora coercitiva (VCC), que es más frecuente, grave, unilaterale y típicamente perpetrada por hombres.