Salarios dignos, respeto a los derechos laborales, el rescate de la democracia y la publicación del cronograma electoral fueron las principales exigencias de los representantes gremiales, sindicales y políticos que encabezaron la marcha en Valencia este 23 de enero, cuando se conmemoran 66 años de la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez.
Por Corresponsalía lapatilla.1eye.us
Los dirigentes, en compañía de la sociedad civil, marcharon desde dos puntos de la capital carabobeña: la avenida Bolívar norte, a la altura del Tijerazo, y la plaza Santa Rosa, al sur de la ciudad, para finalmente a concentrarse en la avenida Cedeño con Díaz Moreno.
José Francisco Jiménez, miembro del comité organizador de los actos del 23 de enero y secretario general de la Asociación de Empleados de la Universidad de Carabobo, pidió al Gobierno nacional cumplir con la Constitución y garantizar los derechos civiles y políticos.
“Estamos exigiendo libertad para los presos políticos, y este año que corresponde a las elecciones presidenciales, deben publicar la fecha de las elecciones”, sostuvo.
Además, denunció la precarización de los salarios y pensiones, y las constantes fallas en los servicios públicos que provocan deterioro en la calidad de vida de los ciudadanos.
Por su parte, José Gregorio Medina, presidente del Sindicato de Educadores Regionales, afirmó que los venezolanos “languidecen” por los salarios de hambre.
“El Ejecutivo no ha subido el salario y se ha ocupado solamente de la bonificación del salario, lo cual contrarresta las prestaciones sociales, el bono vacacional, destruyó el salario”, manifestó.
Medina agregó que desde junio de 2023 se encuentra paralizada la discusión de la convención colectiva del sector educativo. “De 60 cláusulas, solo ha aprobado 17, faltando las cláusulas de carácter económico”, puntualizó.
Sin calidad de vida
Con un cartel que reza “por un servicio de agua eficiente todo el año”, Carmen Lugo, de 71 años de edad, decidió incorporarse a la marcha.
“Yo salí hoy porque pienso que es un deber que tenemos los ciudadanos de salir a decirle al Gobierno que estamos inconformes con las políticas que se están llevando a cabo, sobre todo la que afecta la calidad de vida. Yo he dejado de comprar medicinas, de ir al médico, de pagar consultas, los zapatos ni se diga cuesta mucho comprarlos, la comida ni hablar, eso es un pesar muy grande que no tengamos ni siquiera acceso para buenos alimentos”, expresó.
Sandra Gil comentó que salió a protestar para exigir mejor calidad de vida. Señaló que la pensión no le alcanza para cubrir sus necesidades básicas y depende de las remesas que le envía su hija desde el extranjero.
“Tengo a mi hija y mis nietos afuera que desde hace ocho años no los veo. Estoy sola en el país, queriendo vivir mejor. Seguiremos intentando y por eso estoy aquí, siempre he luchado por que mi Venezuela sea la que queremos”, dijo.