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Liderado por un Vinicus sensacional, que marcó los tres primeros goles y originó el cuarto, el Real Madrid destrozó a un Barcelona de cristal (4-1) y se adjudicó este domingo la Supercopa de España en el Al-Awwal Park de Riad, que fue testigo de la enorme superioridad del conjunto blanco, con Vini a la cabeza.
Los de Ancelotti tenían una cuenta pendiente con el eterno rival en esta competición después de la exhibición azulgrana en la final del año pasado. Y la saldaron con creces, en un partido que dominaron de forma insultante desde el pitido inicial.