La operación Gran Cacique Guaicaipuro puesta en marcha por el régimen de Nicolás Maduro para supuestamente tomar el control de diversas cárceles del país, ha dejado más dudas que respuestas desde el momento de su activación.
Corresponsalía lapatilla.1eye.us
Basta con observar lo sucedido en el Centro Penitenciario de Aragua, mejor conocido como Tocorón, donde los principales cabecillas de la mega banda criminal Tren de Aragua, entre ellos Héctor “El Niño” Guerrero, se fugaron tiempo antes del accionar rojito.
Lo mismo sucedió en el Centro Penitenciario Carabobo (Tocuyito), el Internado Judicial Puente Ayala en Anzoátegui o el Internado Judicial de Ciudad Bolívar (Vista Hermosa), donde los pranes más peligrosos se escaparon previamente y no se tiene rastro alguno de su paradero.
El procedimiento de desalojar esos recintos para descongestionar el sistema penitenciario tampoco ha sido efectivo, ya que familiares y algunas ONG han denunciado hacinamiento en los otros centros reclusorios a los cuales fueron trasladados los presos.
Para algunos expertos, estas intervenciones fueron un tema más político que una ofensiva seria contra la criminalidad, tal como lo señaló a lapatilla.1eye.us Jeremy McDermott, co-director y co-fundador de InSight Crime, un centro de estudios sobre crimen organizado en América Latina.
“La operación parece tener más que ver con el teatro político que con el desmantelamiento de uno de los sistemas criminales que el propio Estado ayudó a crear, y que ha estado dirigiendo muchas de las prisiones desde 2011. Se trata de las elecciones del próximo año y de que Maduro intente atajar un fenómeno criminal que se ha convertido en una vergüenza internacional”, recalcó.
McDermott enfatizó que uno de los ejes principales del despliegue no cumplió su objetivo, puesto que la fuga de los principales pranes dejó en evidencia que el “orden y control” -como lo señaló Maduro- “brilló por su ausencia” desde el primer día en las cárceles abordadas.
“Muchos de ellos (pranes) han desaparecido desde entonces, burlando la idea de que se trataba de desmantelar estructuras criminales. Ahora esos delincuentes simplemente están fuera”, dijo.
Pranes fugados
El director de InSight Crime apuntó que para que disminuyan algunos hechos delictivos como secuestros o extorsiones, que mayormente se ejecutaban desde las cárceles, debe existir una inversión seria y sostenida en el sistema penitenciario nacional, que ayude a mejorar las condiciones de vida de los privados de libertad y reducir el hacinamiento, emprendiendo una verdadera rehabilitación.
En cuanto al futuro que se vislumbra para estructuras criminales como el Tren de Aragua, manifestó que aún es muy pronto para que se conozcan los efectos que tendrán para las megabandas perder los espacios que habían capitalizado en los presidios.
“Todavía es demasiado pronto para saber qué efecto va a tener la pérdida de Tocorón sobre el Tren de Aragua y sus múltiples células, tanto en Venezuela como en el extranjero. Nadie parece tener idea de adónde han ido a parar ‘Niño Guerrero’ y sus luceros, y si su red permanece intacta tras la pérdida de la base de operaciones”, aseveró McDermott.
Operativos distractores
Humberto Prado, director del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), declaró que las maniobras en las penitenciarias sirvieron como distracción ante eventos relevantes que se desarrollaron dentro y fuera de la nación contra la administración de Maduro.
“Por ejemplo, el día de la toma de la cárcel de Tocorón, el 20 de septiembre, mientras se desplegaba un operativo con 11.000 funcionarios para tomar el penal, la Misión de Determinación de los Hechos sobre Venezuela de la ONU presentaba su cuarto informe a los medios de comunicación, en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, donde se alertó sobre los continuos ataques a la población civil, detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales, y a defensores de derechos humanos en Venezuela”, precisó.
A su vez, Prado enumeró los acontecimientos que también coincidieron con la “liberación” de los otros centros de reclusión, como una artimaña más del chavismo para tratar de ocultar la realidad y desviar la atención de la población.
Informó que en la toma de Tocuyito, la Comisión de Primarias estaba proclamando a María Corina Machado ganadora con más de 2.4 millones de votos. Mientras ocurría la intervención de Puente Ayala, la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emitió una sentencia que suspendía la elección Primaria opositora.
El día de la toma de La Pica, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas culminó el V Examen Periódico a Venezuela sobre Derechos Civiles y Políticos.
“El 6 de noviembre intervienen la cárcel de Vista Hermosa. Al día siguiente, empezaban las audiencias en la Corte Penal Internacional en La Haya. Y el 8 de noviembre intervienen la cárcel de Trujillo y terminan las Audiencias en la Corte Penal Internacional sobre el caso Venezuela”, puntualizó el titular del OVP.
Un hacinamiento crítico
En relación a los espacios físicos con los que cuenta el país en materia de prisiones, Prado expresó que no se cuenta actualmente con la infraestructura necesaria para albergar a tantos presos.
El director del OVP precisó que en la actualidad existe un “hacinamiento crítico” que está por el orden del 164 %.
Pero eso no es lo que más preocupa a la ONG. A pesar de tener esperanzas de que se acabe con el pranato en el territorio nacional, la última decisión la tiene la administración de Maduro.
“Sinceramente nosotros esperamos que desaparezca, pero no desaparece lo que tú creaste, y está presente porque al ministro Remigio Ceballos no se le ocurrió que cuando tomaran los penales, detuvieran a los pranes con su banda, y con tantos penales que hay cerrados, fueran construido uno de máxima seguridad por el perfil que tienen estos reclusos. La palabra pran quiere decir, Remigio Ceballos, “Preso Rematado Asesino Nato”. Con esto le quiero decir que deben tener un trato diferente al preso que solo quiere cumplir su condena, ser procesado y esperar la decisión del juez para salir en libertad”, explicó.
Para Prado, los chavistas pactaron con los pranes la entrega de los penales, y muchos de estos cabecillas tenían, incluso, varias semanas de haberse escapado, como fue el caso de Vista Hermosa, donde Wilkins Rafael Romero Maluenga, alías “Wilkins”; Giovannny Alejandro Navas Ochoa, alias “Pan”; y Edison González, alias “Chichi”, contaban con un mes fuera del recinto. Otros fueron más allá y se despidieron desde sus redes sociales, tal y como lo hizo alias “Richardi”, pran del penal de Tocuyito.
“Los pranes se han fugado por la complicidad con las personas que han estado al frente del Ministerio Penitenciario y la Guardia Nacional y sus funcionarios. Ni el propio Ministerio sabe cuántas personas se escaparon de estos penales que están interviniendo, porque no tenía el control, lo tenían los pranes y sus bandas”, expuso.
Multiplicación del problema
Adrián González, coordinador regional del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) Guárico, se mostró preocupado por la falta de políticas acertadas para la distribución ordenada y coherente de presos en los centros de reclusión que existen actualmente en el territorio nacional.
Mencionó en especial el Centro de Reclusión para Procesados Judiciales “26 de julio” en San Juan de los Morros, capital guariqueña, que ha recibido a centenares de prisioneros luego de la toma de Tocorón.
“Si en este centro de procesados no hay la infraestructura, no hay la capacidad para controlarlos, simplemente lo que se está es esparciendo en el país la influencia del Tren de Aragua y de los pranatos que había en esos penales. Si Maduro no cuenta con una política pública coherente, la redistribución de los presos va a hacer que el problema se multiplique”, afirmó.
González habló incluso de presiones extranjeras hacia el chavismo, en especial de aquellos que tienen negocios con Venezuela.
Por otro lado, el representante de la OVV espera que estas incursiones militarizadas rompan correctamente a largo plazo con el control que tienen las soberanías criminales en los internados y sus alrededores.
“La experiencia nos ha dicho, tanto en el país como en Guárico, que estos operativos de saturación policial han dado paso a soberanías criminales mucho mejor estructuradas, más militarizadas y mejor preparadas que lo que solíamos tener”, destacó.
A pesar de haber activado una veintena de operativos de seguridad durante los últimos 23 años y de acuerdo a Maduro lograr la “liberación del 100 % de los Centros Penitenciarios”, el chavismo sigue sin controlar los índices de criminalidad, homicidios y creación de bandas armadas en el país, por lo cual Venezuela sigue figurando en los principales indicadores de violencia y delincuencia, cuyo modelo ha ido de fracaso en fracaso sin percibirse mejorías a mediano o largo plazo.