No es que los adolescentes no se traguen la tapa de un bolígrafo, una moneda o una pila de vez en cuando, pero cuando tragan algo médicamente apremiante, los casos a menudo son actos deliberados que pueden insinuar necesidades psiquiátricas subyacentes.
Por Clarín
Un caso reportado recientemente en los Estados Unidos documenta un ejemplo bastante inusual de un adolescente que se tragó más de una docena de imanes, todo sin que él lo recordara.
El primer indicio de problemas del adolescente fueron calambres abdominales dolorosos, lo que provocó un viaje al departamento de emergencias de un hospital donde los escáneres revelaron la presencia de objetos metálicos en su estómago e intestinos, informa Science Alert.
Al carecer del equipo especializado necesario para una mirada más profunda, el paciente fue enviado a otro hospital.
Otras tomografías computarizadas y radiografías confirmaron la presencia de algún tipo de objetos metálicos, aunque se necesitarían algunos exámenes con un endoscopio para revelar su verdadera naturaleza.
El objeto en el estómago del adolescente parecía ser una pila de tres discos grises, cada uno de alrededor de 8 milímetros de ancho.
Se parecían sospechosamente a imanes de neodimio súper fuertes. Incrustada en una úlcera en la pared del estómago, estaba claro que la pila había estado allí el tiempo suficiente para comenzar a causar algún daño, indica Science Alert.
Los imanes se retiraron con relativa facilidad con fórceps y una pequeña red quirúrgica, pero una investigación más profunda durante los dos días siguientes mostró que su trabajo aún no había terminado.
Una sorpresa detrás de otra
Pronto se descubrieron más imanes enterrándose a través del intestino grueso, donde ya se estaban produciendo signos de podredumbre.
Aunque tres de ellos podrían extraerse durante una colonoscopia, el resto requeriría cirugía, durante la cual se descubrieron otros 15 imanes.
Lea más en Clarín