Elon Musk se prepara para hacer historia con su empresa Neuralink Corp, lanzando su primera prueba clínica para un implante cerebral revolucionario. La operación involucra la extracción de una parte del cráneo por un cirujano, permitiendo a un robot insertar electrodos y cables ultrafinos en el cerebro del paciente. Con este dispositivo del tamaño de una moneda, se espera leer y analizar la actividad cerebral de la persona para enviar esa información de manera inalámbrica a un portátil o una tableta cercana.
Por Infobae
El voluntario ideal para esta prueba clínica sería un adulto menor de 40 años con las cuatro extremidades paralizadas. La misión de Neuralink consiste en demostrar que se puede recolectar datos útiles de manera segura a partir del córtex pre-motor del paciente, esperando convertir los pensamientos de una persona en una serie de comandos que una computadora pueda interpretar.
Esta tecnología se sumerge en un terreno donde otras empresas y equipos de investigación ya han creado implantes que permiten a los pacientes realizar tareas básicas con sus pensamientos, como hacer clic en objetos de una pantalla con un cursor, señaló Bloomberg.
En plena competencia con otras dos compañías, Synchron y Onward, que tienen más de un año de ventaja en ensayos clínicos con implantes cerebrales y tecnología relacionada, Neuralink ha despertado una atención abrumadora. Sin embargo, Bloomberg reportó que hay cierto escepticismo sobre la conveniencia de que el controvertido Musk esté al frente del desarrollo de dispositivos de control mental, y que la tecnología pueda estar sujeta a un calendario apresurado.
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