Fue una especie de festivo canto de guerra. Un rugido inesperado y adelantado a su tiempo. Una invocación a disfrutar, al placer femenino. Un mensaje contrario a la época cantado por alguien que no se parecía a nadie, así lo reseñó INFOBAE.
Las chicas sólo quieren divertirse gritaba desde las radios y desde MTV en plena época Reagan, en el reinado conservador. Después una balada que se convirtió en un standard de inmediato y enseguida una oda a la masturbación femenina. La chica sabía cómo hacerse notar.
Hace 40 años aparecía She´s So Unusual, el primer álbum solista de Cyndi Lauper. Nadie apostaba a su triunfo. De la noche a la mañana, la chica excéntrica, con el pelo de diversos colores, pasó de servir café en un bar a liderar el ranking Billboard. Una mujer de 30 años, de la que muchas pensaban que ya se había pasado su momento, una imagen nada convencional, muy alejada de las divas que triunfaban en esos momentos, un puñado de grandes canciones y una personalidad arrolladora. Ella era tan inusual.
Se convirtió en un gran éxito. Durante varios meses Cyndi Lauper compitió por el cetro de reina del pop, peleó palmo a palmo con Madonna.
La suya es una historia de lucha, de persistencia, de dolores profundos, de una voz extraordinaria, de un gran talento y de un éxito que no logró mantener en el tiempo, con recaídas y regresos gloriosos.
Cynthia Ann Stephanie Lauper Thornton nació en Brooklyn el 22 de junio de 1953. Sus padres se separaron cuando tenía cinco años. Su madre se volvió a casar y a divorciar varias veces. Cyndi desde chica mostró una marcada inclinación musical. Y mostró, también, la voluntad para no parecerse a nadie. Su conducta siempre fue algo excéntrica, bastante diferente a las de sus amigas. Para ser única hasta modificó la grafía de su nombre; primero la y y después la i. Fue expulsada por mala conducta de su colegio secundario (que años después, tras su consagración, le otorgó un diploma honorífico). Según cuenta en su libro de memorias a los 17 se fue de su casa cansada del marido de turno de la madre que la acosaba y que solía espiarla mientras ella se bañaba o cambiaba. Salió sin rumbo ni dinero. Su único plan cierto era dedicarse a la música. Pasó dos semanas internada, con su perro Sparkle, en un bosque canadiense viviendo en y de la naturaleza. Luego se instaló en Nueva York donde mintió su edad –dijo tener 19- para conseguir un trabajo que le permitiera comer todos los días y poder dormir bajo techo. Lavó copas, hizo fotocopias en una oficina y trabajó en distintos comercios vendiendo desde zapatos hasta artículos de limpieza.
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