Detenido en Portugal el líder de un grupo criminal con células en 6 países

Detenido en Portugal el líder de un grupo criminal con células en 6 países

En la fábrica ilegal de tabaco, situada en Coles, se incautaron toneladas de producto Cedida.

 

El Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF) luso detuvo este jueves al líder de un grupo criminal buscado en España por contrabando, entre otros delitos, que montó una fábrica ilegal de cigarros en Ourense y ya había sido condenado en Portugal por secuestro y auxilio a la inmigración ilegal.

El hombre, de 50 años y conocido por las autoridades como “Borman”, fue detenido en Sintra -a unos 30 kilómetros de Lisboa- y lidera un grupo criminal con células en Portugal, España, Francia, Alemania, Ucrania y Moldavia, informó el SEF en un comunicado.

Sobre el arrestado recaía una orden de detención europea solicitada por España por “fuertes indicios” de la existencia de una organización criminal “estructurada y permanente” a lo largo del tiempo con ramificaciones internacionales.

Esa organización montó una fábrica ilegal de cigarros de la marca Marlboro en un almacén en Ourense, en la región española de Galicia, con mano de obra irregular.

El detenido tenía prohibida la entrada en Portugal a raíz de otro caso.

“Borman” lideró una red en Portugal que buscaba a ciudadanos sobre todo de Ucrania y Moldavia, que llegaban al país luso con la promesa de un trabajo y mejores condiciones de vida.

La red los extorsionaba, los despojaba de sus pertenencias, documentos y dinero y colocaba a los hombres en obras de construcción civil y a las mujeres en prostíbulos.

Luego les obligaban a pagar, “bajo amenazas y agresiones”, la mitad de su sueldo bajo el pretexto de una supuesta protección contra otros mafiosos.

El detenido fue condenado en mayo de 2002 por el Tribunal de Cascais a 18 anos de prisión por delitos de asociación criminal, secuestro, extorsión, tenencia ilícita de armas, auxilio a la inmigración ilegal y falsificación de documentos.

En 2018 fue condenado en otro proceso a ocho años de prisión por delitos de falsificación de documentos, y a una pena de 10 años de prohibición de entrar en Portugal, que ha incumplido.

EFE

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