Al menos dieciocho personas murieron en el sureste de Nigeria por una explosión este lunes en una refinería de petróleo ilegal, lo que desencadenó un incendio, confirmaron hoy las autoridades locales aunque fuentes vecinales aseguran que los fallecidos son alrededor de treinta.
Entre los fallecidos está un joven que acababa de graduarse y una mujer que tenía previsto casarse el próximo mes, lamentó el portavoz para el estado de Rivers (donde ocurrió el incidente) del Cuerpo de Seguridad y Defensa Civil de Nigeria (NSCDC), Olufemi Ayodele.
“Existe la necesidad de aumentar la conciencia y colaboraciones más estrechas con las instituciones tradicionales, los jóvenes y los líderes religiosos, entre otros, para luchar contra estas actividades”, añadió el portavoz en un comunicado.
El incidente ocurrió en la madrugada de este lunes en la localidad de Ibaa.
Las autoridades iniciaron una investigación para determinar el motivo de la explosión y confirmar el número de muertos, después de que algunos lugareños elevasen esa cifra a más de treinta.
“Había más de cuarenta personas en el sitio. Estaban allí recogiendo petróleo cuando el lugar se incendió”, dijo un vecino de Ibaa, Emmanuel Daniel, en declaraciones recogidas por los medios locales.
“Alrededor de treinta personas murieron en el momento y quince fueron trasladadas de urgencia a un hospital. He escuchado que tres de ellos murieron mientras se los llevaban”, aseguró.
El Gobierno nigeriano ha advertido en numerosas ocasiones del peligro que supone la apertura de refinerías ilegales tanto para las personas que trabajan en ellas como para el medio ambiente.
Sin embargo, este tipo de accidentes continúan siendo frecuentes en el sureste de Nigeria, donde el pasado abril murieron un centenar de personas por una explosión similar.
El sector petrolero en Nigeria -primer productor de crudo de África- ha sido blanco de duras críticas por parte de las comunidades locales, que denuncian grandes daños medioambientales causados por sus actividades, mientras que la mayor parte de los lugareños no obtienen beneficios económicos directos.
EFE