Hawái pasa por uno de los peores, si no por el peor, momentos de su historia. El archipiélago dista mucho de ser el paraíso en la tierra, inmortalizado en leyendas y películas, en el que se había convertido para el imaginario colectivo en el último siglo. Una serie de voraces incendios se han cebado con sus islas, especialmente con Maui y con la histórica ciudad de Lahaina, la antigua capital, que ha quedado reducida a cenizas. Maui suma casi 100 muertos y un millar de desaparecidos, con lo que este incendio es ya el más mortífero de la historia de Estados Unidos. El país entero se ha volcado para ayudar a los supervivientes, ya sea con voluntariado, envíos de agua y víveres o donaciones. Hay una enorme conciencia de lo sufrido por este lugar, emblema de la nación, entre todos sus habitantes. O en casi todos. Porque Paris Hilton parece quedarse al margen del dolor y el compañerismo que emanan compatriotas y turistas.
Por El País
La heredera del imperio hotelero que lleva su nombre ha decidido irse de vacaciones familiares a Hawái. Allí la han captado los paparazis precisamente en la isla de Maui, y no lejos de las llamas: el sábado mojaba los pies en la playa a menos de 50 kilómetros de la zona más afectada por los incendios, tal y como ha publicado el diario británico Daily Mail, que la ha captado en las costas de Wailea. Hilton ha paseado por la isla este pasado fin de semana junto a su marido, Carter Reum, con quien lleva casi dos años casada, y a su hijo, Phoenix, que nació en enero a través de un vientre de alquiler.
Los incendios en la isla comenzaron el martes y ya se han convertido en los más mortíferos de la historia del país. Aunque el principal está extinto, el domingo seguía habiendo llamas en Kihei, a apenas ocho kilómetros de distancia de la zona donde se bañaba la familia Hilton. Paris, de 42 años, llegó a la isla precisamente el martes, cuando todo ardía. El miércoles, pocas horas después, las autoridades de la isla pedían a los turistas que por favor se marcharan. Hay escasez de viviendas, por lo que los alojamientos turísticos se destinan a los muchos residentes isleños que lo han perdido todo; además, muchas zonas no tienen electricidad, ni agua (que no se debe beber, ni siquiera hervida); esos recursos, cuando llegan a la isla, se ponen a disposición de los locales, no de los turistas.
Pero no parece que Hilton haya aprendido la lección. Por el momento, ha colgado un par de Stories en su perfil de Instagram (con más de 24 millones de seguidores) donde pedía apoyo para Maui, así como donaciones para una de sus fundaciones. Según le ha contado una fuente cercana al diario británico, “ha estado ayudando muchísimo”. “Maui siempre ha ocupado un lugar especial en su corazón, ha estado haciendo acopio de suministros y llevándolos a los refugios y a aquellos que los necesitan. Lo ha hecho y sigue haciéndolo”, afirman. Aun así, las críticas contra ella han sido constantes en redes sociales.
Lea más en El País