Las alarmas saltaron en toda Rusia después de que el Grupo Wagner, organización militar de mercenarios rusos, se rebelará ante el Kremlin y pretendiera tomar Moscú. Unos días antes, el presidente ruso, Vladimir Putin, fue alertado por sus servicios de seguridad de las amenazas de Yevgeniy Prigozhin, pero fue incapaz de actuar con decisión y no emitió ninguna orden hasta horas después del comienzo del ataque.
Por: La Razón
Así lo explican las informaciones recopiladas por The Washington Post. En las primeras horas de la rebelión, se tomaron medidas para reforzar la seguridad en varias instalaciones estratégicas, incluido el Kremlin, donde se aumentó el personal de la guardia presidencia. No obstante, anteriormente se hizo caso omiso a las amenazas, lo que llevó al suceso a ser peor de lo esperado. En muchos sitios ya se hablaba de Guerra Civil en el país, y solo fue detenido el caos cuando intervino el líder bielorruso, Alexander Lukashenko, como mediador del conflicto. En ese momento, se encontraban a menos de 200 kilómetros de Moscú.
Decisiones precipitadas y pérdida de liderazgo: la razón por la que Putin no ordenó detener al grupo Wagner
“Putin tuvo tiempo de tomar la decisión de liquidar y detener a los organizadores”, dijo uno de los responsables de seguridad europeos, tal y como recoge el medio estadounidense. “Luego, cuando empezó a suceder, se produjo una parálisis a todos los niveles… Hubo una consternación y una confusión absolutas. Durante mucho tiempo no supieron cómo reaccionar”, añade.
Para leer más, pulse aquí.